Ferran-Adria
Ferrán Adriá ha sido considerado como el mejor chef de mundo. (Imagen de: elpais.com)

El español Ferrán Adriá ha sido considerado varias veces el mejor chef del mundo. Su popularidad llegó a ser tan grande que cuando funcionaba como tal su mítico restaurante, El Bulli, se decía que era más fácil entrar en el cielo que conseguir una mesa ahí. ¿Tanto así? Es que a Adriá, además de como un genio de la cocina, se lo puede ver como un emprendedor de éxito: actualmente, por ejemplo, está haciendo una gira llamada ‘Juntos para transformar’ que tiene como objetivo difundir la importancia de la innovación y las nuevas tecnologías como motores del desarrollo empresarial.

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Ferrán Adriá ha sido considerado como el mejor chef de mundo. (Imagen de: elpais.com)

El periódico español El Economista ha destacado a este chef como un referente para los emprendedores de todo el mundo por su creatividad. A lo largo de sus charlas en el mundo, ha dejado seis principios que resumen su filosofía y pueden ser aplicados por cualquiera que emprende un negocio:

  1. Pasión. En una charla en La Coruña, Adriá aseguró: “La pasión por lo que haces es imprescindible. Si no la tienes, olvídate de todo lo demás”. Sin embargo, explicó el cocinero en aquella ocasión, tampoco alcanza solo con pasión, hay que acompañarla con esfuerzo, trabajo y tener muy claro el objetivo.
  2. Riesgo. Para ser creativo, opina Adriá, hay que asumir riesgos. “Es necesario arriesgar, pero en la medida de lo posible”, indica este chef, que invita a los emprendedores que siguen su ejemplo a asumir que se pueden producir errores.
  3. Libertad. Para Adriá, la libertad es importante, pero siempre y cuando parta de un orden y una planificación correcta. En este ámbito, recomienda perseguir la felicidad, no el éxito.
  4. Ética. Ferrán Adriá, afirma El Economista, nunca se ha cuestionado la importancia de los valores y la ética. Dice: “Si ganas mucho dinero y no lo inviertes en un legado para la gente ¿de qué habrá servido?”.
  5. Humildad y generosidad. El Bulli daba cursos para cocineros y, según Adriá, la mejor recompensa de esas enseñanzas fue lo que él aprendió de sus alumnos. A pesar de que eran ellos los que iban a aprender con él, el mejor chef del mundo.
  6. Creatividad. «Es necesario entender que no sólo en la NASA se crean cosas impresionantes sino que desde una pequeña carnicería de barrio se pueden desarrollar conceptos sorprendentes», sostiene Adriá. Para hacerlo, indica, hay que ser capaz de transformarse constantemente, replantearse las preguntas iniciales: ¿Por qué? ¿Y si…?
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