juan valdez

Juan Valdez es el colombiano más famoso. El ficticio personaje y Conchita, su mula acompañante, fueron creados en 1959 para representar a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.  Siempre con el bigote, con el poncho y sombrero, Juan Valdez se convirtió en la marca colombiana más reconocida del mundo. (Leer también: KFC, una receta secreta para un evidente éxito).

En Colombia han existido marcas que han invadido los hogares. Ramo y su pastelería han acompañado a los colombianos desde 1950; pero ninguna ha impactado tanto como Juan Valdez, ese personaje creado por la agencia DoyleDaneBernach para representar el gremio cafetero y posicionar el café fuera del país.

La primera realización del casting para encontrar quien interprete al personaje lo hizo José Duval, un actor cubano residente en Estados Unidos; pero enseguida fue reemplazado por Carlos Sánchez, un verdadero caficultor nacido en Fredonia, pueblo de Antioquia (Colombia). Juan Valdez lo interpretó un colombiano que conocía el café en cada aroma, y durante 40 años, él llevó la marca colombiana fuera del país. (Leer también: Durracell: invención y oportunidad).

Juan Valdez, el Starbucks colombiano

juan valdez
Juan Valdez y su mula Conchita.

En el 2002 se abrió la primera tienda Juan Valdez Café en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá. En el 2004 inauguró un local en la capital estadounidense; en el 2006 abrieron en Europa y Asia, 2008 en Chile, 2010 en Ecuador y finalmente en el 2012 se abrió paso en Panamá y Aruba. La marca colombiana ya lleva 300 tiendas alrededor del mundo.

El café se vende por paquetes. Existen vasos, tazas, camisetas y chaquetas con su nombre. Crearon cafeteras y granos de café cubiertos de chocolate. El café colombiano inundó las mente de los compradores.

Según la Federación Nacional de Cafeteros,  estudio realizado en Estados Unidos en el 2005, la marca colombiana era una de las más recordadas en ese país. El publicista Carlos Lersundy le dijo a la BBC.co.uk que Juan Valdez genera “recordación y empatía”. También comparó su impacto de imagen con el quakero de la Avena Quaker; Tony, el tigre de las Zucaritas; o con el conejo de Energizer.

Artículo anteriorJavier Martín, el emprendedor ligero
Artículo siguienteCuando Juan Pablo II pisó Ecuador