En lugar de decirte cuáles son los atributos de un líder, te diremos cómo reconocer a alguien que no lo es. Mike Myatt, autor de libros sobre liderazgo, al que ya hemos citado para artículos como Fuga de talentos: 10 fallos que la motivan, escribió para Forbes un artículo en el que detalla un decálogo sobre cómo reconocer a alguien que NO es un líder. Si eres un emprendedor, esperamos no te reconozcas en esta descripción, pero si es así, tienes trabajo que hacer.
No eres un líder porque…
- No consigues resultados. El desempeño de los verdaderos líderes siempre supera las expectativas. Hacen el trabajo, consiguen los resultados. Sin resultados, no hay liderazgo. Así de simple.
- Consigues los resultados de mala manera. Si la única manera que tienes para conseguir resultados es a través de engaños y artimañas, no eres un líder. Si abusas de tu influencia, no tratas bien a los demás, confundes o manipulas, podrás ganar algunas batallas, pero perderás la guerra. En el emprendimiento, el fin no justifica los medios.
- No te importa. La indiferencia no es compatible con el liderazgo. No puedes ser un líder si no te importan esos a quienes lideras. Cuando eres un líder de verdad, los que trabajan contigo son mejores gracias a tu liderazgo.
- Sigues un puesto y no un propósito más elevado. Si valoras tu propio interés más allá del servicio que puedes dar, no entiendes el concepto de liderazgo, que trata acerca de perseguir algo más allá de ti mismo y liderar a los demás hacia un lugar mejor, incluso si eso significa que tengas que dar un paso al costado.
- Haces más promesas de las que cumples. El liderazgo no es sobre retórica, es sobre acción. Los líderes comienzan a serlo por su visión, pero perseguir esa visión determina el éxito.
- Pones a la gente en cajas. No eres un líder cuando solo les dices a los demás lo que no pueden hacer. Los líderes no encierra a los demás en cajas, se las abren y los dejan ser libres.
- Sigues las reglas más de lo que las rompes. El status quo es un enemigo del liderazgo, que no sería nada sin la necesidad de entender las necesidades de cambios.
- Repeles el talento en vez de retenerlo. El liderazgo sirve como un imán del talento. Si no puedes atraer, desarrollar o retener a tus empleados talentosos, no eres un líder.
- Tomas el crédito en lugar de repartirlo. El liderazgo no es sobre buscar reflectores, sino sobre dirigir esos reflectores a los que trabajan contigo. Los líderes dicen “yo” cuando el equipo falla, pero “nosotros” cuando gana.
- Te importan los procesos más que la gente. Sin gente a la que liderar, no eres un líder. Si colocas encima cosas por encima de la gente a la que diriges, no puedes ser un líder.
