Albert Einstein
Albert Einstein

A pesar de que no existe una imagen o un deber ser de la gente inteligente, una investigación de la web Online-PHD-Programs.org identificó algunas costumbres que comparten las personas con un coeficiente intelectual (CI) elevado. A partir de la información reunida por diversas fuentes, este sitió definió una lista de hábitos de la gente inteligente, que no solo son buenos, hay que aclarar. Antes de pasar a la enumeración de estas prácticas, los creadores de esta lista hacen hincapié en que aunque la inteligencia extrema tiene algunas asociaciones negativas, exhibir estos comportamientos no hará a nadie más inteligente.

Hábitos de la gente inteligente

Buenos…

Son persistentes. Albert Einstein, con un CI de 160, aprendió a hablar recién a los 4 años. Bill Gates (160 de CI) falló en su primer negocio. Thomas Edison (145) lo intentó más de 1000 veces antes de inventar la bombilla. Benjamin Franklin (160) dejó la escuela a los 10 años. Y a Beethoven (165) le dijeron que nunca tendría éxito.

Se establecen metas. Un experimento con un grupo de estudiantes, a quienes se les dio cuatro semanas para cumplir una meta, detalló que el mayor porcentaje de los que las cumplieron provenía de los estudiantes con CI alto, quienes escribieron sus metas y las compartieron con sus amigos.

Son lectores. Las personas con mejor CI leen mucho, porque leer incrementa las habilidades verbales, ayuda a articular pensamientos, mejora la capacidad para solucionar problemas, incrementa la concentración, mejorar las habilidades narrativas y la memoria.

Piensan sobre el pensamiento. Tener auto consciencia de los conocimientos propios, preguntarse por qué pensamos lo que pensamos y cómo, incrementa las capacidades de pensamiento crítico y ayuda a maximizar las destrezas cognitivas.

Malos…

Tienden a beber. Estudios concluyen que los niños más inteligentes tienen mayor tendencia a beber cuando son adultos, en comparación con los demás.

Tienden a usar drogas. Una investigación británica sugiere que los niños con más alto CI tienen más probabilidades de consumir drogas durante su adolescencia y adultez.

Tienden a ser nocturnos. Otras investigaciones concluyen que mientras más alto es el CI de una persona, más tiempo demora en irse a la cama.

Tienden a sufrir de ansiedad. Un estudio realizado en 2012 sugiere que los pacientes con ansiedad crónica exhiben niveles de CI más elevados que el promedio.

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