El aumento acelerado de los centros comerciales en Ecuador es una realidad. Quicentro Shopping Sur abre sus puertas en el 2010 en Quito, un Paseo Shopping en Babahoyo lo hace este año y a pesar de ser Quito la ciudad donde empezó todo con la inauguración del Centro Comercial Iñaquito en 1971, Guayaquil también se concentra en potencializar estas estructuras de entre plazas y centros comerciales: entre esta ciudad y sus cantones cercanos como Samborondón ya suman alrededor de 46. Y para el 2013 se prepara un nuevo proyecto: Mall El Fortín. ¿Pero, qué tan rentable resulta para un emprendedor ubicar un local dentro de instalaciones de un mall?
“Yo no le puedo garantizar a nadie que si entra con su producto aquí, va a vender”, asegura Sofía Naranjo, encargada de las concesiones de locales en el Mall del Sol, donde el flujo de público es de un millón quinientos mil personas mensualmente. Este mall dispone de 260 locales, donde los espacios se destinan de acuerdo a la categorización que manejan: ropa y accesorios, hogar y decoración, farmacias, entre otros. “La idea es que mientras uno recorre encuentre de todo”, comenta Naranjo, quien agrega que para que un negocio forme parte del centro comercial se considera si la marca aporta o no al lugar y si ya se ha vendido antes.
Y es que el monto de ventas es lo que determina el éxito de un local. Sin embargo, la fórmula está en la diferencia de la propuesta. “Todo depende de lo que vayas a vender. Si es una boutique no le irá bien. Todos los centros comerciales son traperos (mucha ropa) y poner otra sería más de lo mismo”, afirma Heidy Fernández, jefa regional de los almacenes de variedades Funky Fish, una franquicia europea, dirigida a todo tipo de personas, preferentemente mujeres, lo que les posibilita ubicarse en cualquier centro comercial. Hasta ahora, suman nueve en la Costa, cinco en Quito, uno en Ambato.
Fernández considera que establecerse en un mall “influye e impulsa mucho al negocio”, sobre todo en un país donde siete de cada 10 ecuatorianos, de un total de 750 encuestados por la empresa IPSA Group en el 2011, aseguraron que visitan con mucha frecuencia seis paseos de compras de Quito y Guayaquil.
¿Y cómo ser parte de estas vitrinas al éxito? Pues lo que se debe preparar es la presentación de un proyecto. “Determinar el tipo de producto que se va a vender, que este forme parte del mix (categorización), por ejemplo, usted no ve viveros en un centro comercial y además debe tener claro el diseño arquitectónico de cómo va a ser ubicado todo”, explica Fernández. A Funky Fish nunca le ha tocado desplazarse de un lugar a otro por falta de acogida.
Transición que sí vivió Gisell Ordoñez, administradora de la isla Fossil en San Marino, que se mantuvo un año en Rio Centro Norte, donde la facturación era baja. Se mudaron para crecer, pero considerando ciertos factores: “Comparar si las ganancias van a ser mayores que tus gastos, qué tan parecidos son los horarios de un centro comercial con el otro, la competencia, los empleados, si podrías llevar a los que tienes o necesitas otros”, detalla Ordoñez, quien considera que el éxito del producto depende del reconocimiento que este tenga. Los altos costos del alquiler del local, que varían según la ubicación del centro comercial (en San Marino cuestan en promedio $2.500 al mes), es lo único que haría dudar al nuevo emprendedor, según Ordoñez, quien también recomienda contar con el personal indicado para que pueda cumplir la carga horaria.
Pero esos costos y riesgos se devengan, porque la penetración que los centros comerciales han alcanzado en Ecuador es del 40%, ubicándose así en el séptimo puesto de América del Sur, de acuerdo a un estudio realizado en el 2009 por la universidad ESAN (Escuela de Administración de Negocios para Graduados) en Perú. Además, la encuesta de IPSA Group en el 2011 revela que los sábados y domingos son los días de mayor concurrencia a los malls, con actividades que dan preferencia a la compra de ropa y calzado para un 37% del total de los entrevistados. El 28% se dedica solo al paseo y al esparcimiento, pero luego, viene el degustar algo en el patio de comidas, ir al cine (14%) y la compra en autoservicios.
Es así que la rentabilidad que se obtenga dependerá del centro comercial escogido y el público objetivo al que este se dirige, el mismo que debe coincidir con los potenciales clientes que se buscan, concuerdan los consultados para este artículo. Mall El Jardín en Quito, por ejemplo, apunta a personas de nivel económico medio alto y alto. Soledad Garcés, Gerente de Marketing de este mall asegura que “el ingreso mensual es un medidor importante para saber el flujo de personas que ingresan a diario al centro comercial y así poder analizar la rentabilidad frente a otros factores”. Alrededor de 700.000 personas visitan mensualmente Mall El Jardín.
Números que siempre se deben tener presentes a la hora de emprender. “El flujo de gente y el mercado asegurado es lo que atrae de un centro comercial”, cuenta Fernando Ruiz, profesor de Marketing y especialista en el tema, quien considera que los pasos hacia una “vaca púrpura” (lograr que lo que se vende destaque, según el libro de Seth Godin, judío y autor de seis libros de Marketing) es lo que haría de cada negocio algo muy rentable. “Determinar cuál es tu elemento diferenciador, diseñar una buena vitrina para comunicar…puedes tener ropa, pero no logras una exposición real”, complementa Ruiz como técnica para que el producto no se vuelva invisible y sea, en la medida de lo posible, rentable.