La nueva realidad ha exigido ciertos cambios para los trabajadores, el COVID-19 ha generado que más de 300 mil empleados ejerzan sus labores desde casa.

En el 2020, durante el primer año de la pandemia, Zoom se convirtió en la plataforma de reuniones virtuales más popular, al ser una herramienta de mucha utilidad para mantener comunicación remota por temas laborales o para recibir teleeducación.

Sin embargo, el uso excesivo de esta y otras aplicaciones similares de videollamadas puede resultar perjudicial para los usuarios, generando agotamiento extremo.

Así lo analiza una investigación llevada a cabo por el profesor Jeremy Bailenson, de la Universidad de Stanford, reseñada en un artículo del portal Infobae.

Bailenson, director fundador del Laboratorio Virtual de Interacción Humana de la Universidad de Stanford (VHIL), analizó las consecuencias psicológicas que pueden traer pasar varias horas al día en estas plataformas.

No obstante, la Academia Americana de Oftalmología (AAO) advierte que este aumento de horas frente a la pantalla se ha asociado con el desarrollo de enfermedades como:

  • la obesidad
  • mala calidad de sueño
  • afectación al desarrollo del ojo.

Parte del aumento mundial de miopes está relacionado con el teletrabajo.

La fatiga de zoom

El profesor de Comunicación dice que su objetivo no es ‘demonizar’ las videollamadas, sino que se utilicen de una manera que no resulten extenuantes, lo cual terminará afectando la productividad del trabajador o empresario.

La “fatiga de Zoom”, como la denomina Bailenson, puede ser provocada al menos por cuatro situaciones comunes en las videollamadas, luego de pasar mucho tiempo frente a la pantalla.

La primera de ellas es un contacto visual muy intenso, puesto que se siente la obligación de mirar a la pantalla constantemente, incrementándose el contacto visual.

“Todos se sienten observados, lo cual puede ser muy estresante”, señala el artículo.

Adicionalmente, si el monitor donde se transmite la reunión es de tamaño grande, los rostros de los participantes parecen demasiado grandes, generando una falsa sensación de cercanía, lo cual produce estrés, porque el cerebro lo interpreta como una situación intensa, sea positiva o negativa.

Bailenson explica que lo que sucede es que, en efecto, al usar Zoom durante muchas horas, se está en estado hiperactivo.

Trastornos del teletrabajo

  • Conjuntivitis: La resequedad ocular puede provocar la inflamación y el enrojecimiento notorio de la conjuntiva, causando este trastorno.
  • Síndrome de ojo seco: Para el oftalmólogo Valarezo, la permanencia exagerada frente a la pantalla causa que inconscientemente el teletrabajador se olvide de parpadear, causando uno mucho más prolongado. Esto provoca que la superficie del ojo se reseque, se inflame y provoque molestias a mediano plazo.
  • Queratitis: Es la inflamación de la córnea. Se da principalmente por estar constantemente fijando la mirada en pantallas digitales.
  • Síndrome visual informático: Es una alteración visual reversible que afecta a la superficie ocular producto de la alta exposición y enfoque prolongado de los ojos a los equipos digitales durante horas.

Los síntomas y signos más frecuentes incluyen: visión borrosa y doble, ardor, enrojecimiento, fatiga o cansancio ocular, dolor de cabeza, dolor de cuello y cansancio.

  • Insomnio: La oftalmóloga Betzabeth García explica que, debido a la pandemia, hay un uso excesivo de los aparatos electrónicos lo cual activa su capacidad cerebral; en consecuencia, se presentan alteraciones o trastornos a nivel del sueño. Es posible que, debido al uso de dispositivos digitales, la persona no tenga un sueño reparador y que al día siguiente amanezca con fatiga.

Fuente: Revista Líderes

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