La idea de una realidad alternativa, disparó la imaginación y abrió caminos a nuevos universos en la ficción, Epic Games desarrolló su propio «metaverso», un mundo en el que los seres humanos vivirán experiencias similares al mundo real.

Un proyecto todavía en fase embrionaria pero con grandes posibilidades, este proyecto va en serio es el nivel de inversiones que está atrayendo.

El último y más grande movimiento viene de un grupo liderado por Sony, que acaba de aportar 1.000 millones de dólares para la creación de este “metaverso”, una aspiración personal de Tim Sweeney, Fundador de Epic Games.

La compañía encargada de darle forma será Epic Games, los creadores de Fortnite y el motor gráfico Unreal Engine, que está en el corazón de la mayoría de los videojuegos y es clave en la producción de series como The Mandalorian.

«Estamos muy agradecidos a nuestros inversores, que nos están ayudando a acelerar nuestro trabajo para crear experiencias sociales conectadas a videojuegos como Fortnite, Rocket League o Fall Guys, al tiempo que empedramos a los desarrolladores y creadores con Unreal Engine, Epic Online Services y Epic Games Store”, ha señalado el promotor del “metaverso«.

La compañía tiene actualmente algunas de las mejores tecnologías necesarias para el desarrollo de ese sistema de planetas infinitos en el que ha confiado Sony.

Por lo que Epic Games sostiene su propuesta en el argumento y en la técnica que ya ha sabido poner en práctica en anteriores proyectos.

De ahí que “metaverso” sea un concepto más de actualidad que nunca, a pesar de ser enunciado por primera vez en 1992.

¿En qué consiste el metaverso?

Para encontrar la referencia inicial de este mundo paralelo virtual hay que acudir a la novela de ciencia ficción “Snow Crash”, escrita por Neal Stephenson.

En la que las personas usan unos avatares para interactuar entre sí en un espacio virtual. A partir de ahí, otros autores han concebido sus propias interpretaciones del “metaverso”.

Otra de las diferencias de la propuesta de Epic Games está en su aspiración de generar un “metaverso” lo más humano posible, con referencias más próximas a la realidad tangible de las que aportan otros videojuegos que han generado mundos similares.

Es el caso de World of Warcraft, donde los usuarios han desarrollado una comunidad tan fuerte que tiene una vida interna propia; o Minecraft, que además posee el concepto de construcción y propiedad privada; ejemplos posteriores a Second Life, quizás la experiencia más similar a un “metaverso” humano surgido del mundo de los videojuegos.

Fuente: Reasonwhy

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