Crecer también tiene sus puntos en contra. Gran parte de las nuevas empresas fracasan dentro de sus tres primeros años de actividad y esto se debe a varios factores determinantes olvidados.

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Te los contamos a continuación:

Escoger bien a los empleados
Gracias a las prisas muchas empresas no contratan a los empleados adecuados. Algunas pequeñas compañías crecen a pasos agigantados y en la urgencia por ampliar el equipo, cometen errores en la contratación que pueden pagar bien caros. Por mucha prisa que haya, la elección tiene que hacerse cuidadosamente.

Investigar el mercado

Cuando las cosas van bien y la empresa ha crecido y ha dado beneficios, hay que tener en cuenta que las cosas evolucionan y las necesidades de los clientes también. Si dejas de escuchar al cliente y de interesarse por seguirlo conociendo, puede fallar el enfoque del producto y, por ende, del propio negocio perjudicando a los beneficios y poniendo en peligro la continuidad de la empresa.

Contratar especialistas
Cuando una empresa nace, lo mejor es tener personas multifiuncionales, que puedan sacar adelante cualquier tipo de trabajo que se les ponga, pero una vez que el negocio crece, esto ya no es tan efectivo. Si se quiere mantener la productividad y mejorar la calidad, lo mejor es que se contraten especialistas de las áreas a ampliar.

Subir los sueldos
Si los beneficios han aumentado, ¿por qué no lo hacen los sueldos? Sin los empleados no hubiera sido posible el crecimiento de la empresa, merecen un reconocimiento y lo mínimo es que sea en forma pecuniaria. Si los trabajadores ven crecer la empresa pero no su sueldo, tarde o temprano se marcharán.
La cultura de la compañía

Si la compañía ha crecido con unos valores que, se supone, han funcionado, ¿por qué no continuar con ellos? Que la empresa crezca y se incorporen más personas no quiere decir que los valores tengan que cambiar. Todo es adaptable y combinable en este aspecto. Además, es posible que aquellos que lleguen se vieran atraídos por el carácter de a empresa desde sus inicios y si entran y ya no están, se sentirán defraudados, al igual que se sentirán los empleados que llevan desde el principio.

 

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