Sam Simon, el guionista, director y co-productor ejecutivo de la serie animada ‘Los Simpsons’ junto a Matt Groening, murió a sus 59 años tras una larga lucha contra el cáncer de colon.

Simon, quien empezó a trabajar en la serie desde 1989 hasta 1993, escribió ocho de sus primeros episodios, ayudó a formar el primer equipo de guionistas y dotó a la serie de su estilo y sensibilidad: una sátira de la sociedad estadounidense.

En memoria a una de los creadores del estilo de esta serie animada, a continuación te presentamos algunas lecciones de empresas según Homero Simpson; una parodia de los libros de gestión escrita por Fernando Montero y Rafael Galán en su libro que lleva el mismo nombre: La empresa según Homer Simpson (Gestión 2000).

Este libro trata temas como la gestión empresarial, el desarrollo profesional y los métodos de liderazgo, tomando como ejemplo situaciones de la serie; sin embargo, profundiza mucho más en las experiencias de Homero Simpson. De esta manera, el libro logra dar una visión humorística a las enseñanzas de los libros de este estilo.

Gracias al portal español Emprendedores, tuvimos una reseña de estas lecciones.

La empresa según Homero Simpson

homero simpson

  • “El fracaso no debe crear en nosotros un sentimiento paralizante, sino que debe ser una experiencia enriquecedora. Analiza, sobre todo, por qué has fracasado. Montgomery Burns achaca sus fracasos a que está rodeado de pelotas como Smithers… pero, ¿quién los puso ahí?”.
  • “Homero no falla con su negocio de quitanieves porque maltrate a los consumidores o engañe a su competencia. El problema es que no lleva el engaño y la farsa al máximo, hasta sus últimas consecuencias. No puedes echar un engaño si no estás dispuesto a llegar hasta el final”.
  • “La falta de autocrítica no sólo le lleva a Homero a cometer errores, sino a perpetuarlos en el tiempo. Esa autocrítica le lleva, además, a ser imprudente y asegurar: Una planta nuclear es como una mujer. Sólo hay que leerse el manual y saber qué botón apretar”.
  • “Muchas empresas no saben lo valioso que es un empleado hasta que se deshacen de él. Por ejemplo, de haber prestado atención, Burns podría haber descubierto que en el corazón de Homero latía un ecologista y pudo haberlo aprovechado a su favor”.

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