traje bassil
Uno de los trajes Bassil, de la línea para novios. (Imagen de: Bassil.com.ec)
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Uno de los trajes Bassil, de la línea para novios. (Imagen de: Bassil.com.ec)

Desde los 15 años, Juan José Bassil se involucró en el mundo textil y gracias al interés que puso en un negocio iniciado por su padre, hoy en día dirige una marca sinónimo de elegancia en Guayaquil: Bassil. Con cinco locales en el puerto principal y uno en Quito, la empresa empezó a funcionar en un momento económico difícil para Ecuador –el año 2000, recién instaurada la dolarización- pero pudo mantener el norte en su gestión porque, según su fundador, nunca ha irrespetado una política grabada en piedra para él y sus colaboradores: trabajar duro.

La historia de Bassil comenzó en la familia que lleva el mismo apellido. Cuando el ahora Gerente General de la marca estaba en el colegio, ayudaba a su padre a comercializar telas para mujeres. Pero cuando cumplió los dieciocho, Juan José Bassil, ahora de 38, decidió iniciar su propio emprendimiento ofreciendo un servicio hasta entonces desconocido para él: atender la demanda masculina por tejidos de buena calidad.

juan josé bassil
Juan José Bassil, fundador de Bassil.

“La gente me preguntaba si conocía a un sastre que pudiera recomendar”, recuerda. Y así fue como comenzaron a aparecer los trajes Bassil, porque Juan José notó que tenía un mercado en potencia y contrató a un sastre para poder ofrecer un servicio más completo a sus clientes. Ahora la empresa cuenta con unos 80 trabajadores, entre sastres, personal administrativo y vendedores.

Como marca, Bassil se registró oficialmente en el año 2000. Por ese entonces, la recién implantada dolarización aterraba a los emprendedores en Ecuador, pero  no pudo detener el trabajo de Juan José Bassil, quien, en lugar de detenerse en un servicio que ya dominaba (confeccionar trajes a la medida), se arriesgó por más: Bassil se expandió a otros campos, a vender también camisas, corbatas, mancuernas… El proceso no fue inmediato, se fue instaurando año tras año hasta lograr que la tienda ofreciera todo lo necesario para vestir a hombres y –desde hace dos años- a niños también.

“Ha sido un proceso que lleva veinte años y continúa”, asegura el fundador de la firma, que tuvo su primer local en el centro de Guayaquil, en las calles Aguirre y Escobedo. Los puntos de venta que surgieron después, los resultados de la expansión del negocio, se ubicaron los Riocentros Entre Ríos, Ceibos, Norte y Mall del Sol en el puerto y Quicentro en la capital.

La clave del emprendimiento Bassil, además del trabajo arduo, fue el constante contacto con el cliente. “Nuestros clientes venían a comprar una camisa, pero también querían el cinturón, los zapatos, la corbata”, explica Juan José Bassil quien, en parte gracias a que nunca le ha gustado permanecer sentado en su despacho, tuvo el oído necesario para estar en el momento justo escuchando las necesidades de quienes acudían a su tienda.

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