Elena Buitrago, Jorge Andrés Wills y Diana Wills. Estos tres colombianos tenían varias cosas en común antes de iniciar Bambú Spa: el gusto por sentirse bien consigo mismos, el gusto por la naturaleza, además de buscar constantemente la paz espiritual.
Los tres se conocían hace años y llegaron a Ecuador, específicamente a Guayaquil, por diversas circunstancias. Por coincidencias se juntaron hace dos años y se dieron cuenta de que en la ciudad existían muchos spas enfocados solamente en la parte estética, y no uno dedicado a la relajación, que a la vez sea exclusivo para las mujeres. Pensaron en un espacio en el cual ellas se pudieran desconectar del mundo y recargar energías.
Estos tres emprendedores decidieron montar Bambú Spa con el objetivo de que las mujeres se relajen de la vida cotidiana. Su capital inicial fue alrededor de 120.000 dólares, que usaron para realizar las remodelaciones y adecuaciones en la matriz, ubicada en la cuidadela Albatros, calle Ostreros 116 y Fragata.
Con el lugar listo y todas las ganas puestas, Elena se encargó de la administración y realizar masajes, mientras que Jorge Andrés de la parte de sanación reconectiva y Diana de las Flores de Bach. Así empezaron su emprendimiento. Elena asegura su principal preocupación era que las personas les tuvieran confianza y credibilidad. “Eso nos generó temor, por eso siempre trabajamos para brindarles un excelente servicio a nuestras clientas”, cuenta.
Cuando empezaron a contratar personal, se dieron cuenta de la diferencia cultural que existe entre ambos países, Ecuador y Colombia, a pesar de estar unidos. Elena asegura que el trato a las personas es diferentes. “Lo que Bambú busca es que sus clientes se sientan importantes. Si vinieron a nosotros, el cliente merece todo el respeto y la atención. Al inicio encontramos personal frío y que estaba aquí porque era su trabajo, pero no tenían el gusto de hacerlo. Pero en la actualidad contamos con un personal colaborador (ocho empleados en total) y comprometido con su trabajo”, explica Elena.
El principal objetivo de Bambú es proveer a la mujer de salud, paz y armonía. Su filosofía, como lo explica una de sus fundadoras, es que si una persona tiene salud puede dar lo mejor de sí misma. Si dentro de ellas hay paz, esa paz la irradian a los demás. Y la armonía es un compendio de muchas cosas en conjunto. Si tienes las tres y eres una personas integra, una mujer capaz de dar amor a tu familia y a los demás, va a resolver todas las responsabilidades que tiene y todo fluirá como quiere.
Después de un año en el mercado, los dueños de Bambú Spa se de dieron cuenta de que las mujeres tienen esa necesidad de verse armónicamente y físicamente bien, lo cual demanda de muchos tratamientos de estética corporal para reducir medidas, eliminar celulitis, estrías, entre otros. Para poder ofrecer sus servicios a más mujeres abrieron hace seis meses la primera sucursal del negocio, en la Gallery Millenium del World Trade Center.
Para estos nuevos emprendedores el éxito es saber esperar y trabajar sin prisa, pero sin pausa. Teniendo bien claro su norte.