El proceso artístico es muy similar a la trayectoria empresarial. Ambos, artistas y empresarios, crean algo de la nada, y el rechazo ayuda a ajustar el enfoque para lograr el éxito.

Aquí te dejamos algunos consejos para que dejes libre a tu artista interior:

–       Ten claro que vas a fracasar

Los comediantes saben que sus monólogos no siempre serán bien recibidos en el escenario, de esta forma descubren lo que funciona, y lo que no. Como emprendedor tienes que estar dispuesto a fallar y aprender de estos errores.

Los empresarios piensan que admitir los errores podría dañar su reputación, que es un activo intangible. Pero es todo lo contrario. Al reconocer un paso en falso, el equipo será capaz de cambiar de marcha y avanzar más rápido.

–       Ten un grupo de apoyo

Los actores, pintores, escritores y todos los artistas entienden el valor de la búsqueda de un lugar seguro para practicar su arte, probar nuevas cosas y recibir retroalimentación como clases y talleres. Los empresarios necesitan para encontrar o crear un grupo de apoyo similar en vez de encerrarse a sí mismos en la burbuja de su negocio.

Encontrar personas que entiendan tu mundo como empresario te ayuda a saber cuáles han sido tus fallas y cuáles son tus ventajas y mejorarlas.

–       Sé valiente

Los empresarios y artistas comparten una cualidad importante: ambos ponen su corazón y alma en la mesa para que otros puedan ver y juzgar. No todos en este mundo tienen la tenacidad, piel gruesa o fortaleza de intentar esta hazaña.

Cuando sientan esta duda, recuerda que eres uno de los pocos valientes en lanzarse en el mar de los emprendedores, y con cada intento, estás más cerca del éxito.

Deja libre a tu artista interior
Deja libre a tu artista interior (imagen:lostiempos.com)

–       Saber cuándo hay que dejarlo

Una habilidad de los artistas es saber cuándo terminar su obra, una pintura puede ser perfecta y luego destruida con más pinceladas. Un libro puede tener un final escalofriante y luego arruinarse con un capítulo más.

Algunos empresarios por querer imitar a los demás, realizan ajustes y modificaciones a sus productos o servicios. Ambos, artistas y empresarios, necesitan tener la capacidad de reconocer cuando algo está perfecto de la manera en que lo está. A veces no necesita una nueva característica, o nueva campaña publicitaria, o una nueva estrategia de ventas. Si no está roto, no lo arregles.

–       Saber cuándo hay que desecharlo

El artista y empresario siguen el mismo camino. Prueba, falla. Obtén una copia de seguridad. Falla de nuevo. Vuelve de nuevo. Se necesita una serie de fracasos para alcanzar el éxito final.

Tal vez resultó una mala idea, pero no significa que el intento no tuvo valor, ya que hay que aprender de cada experiencia.

 

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