Hace tres años, las hermanas Lily y Michelle Gallardo se plantearon crear su propio emprendimiento, pero recién en el 2010 encontraron la idea para hacerlo. Entonces decidieron que sus ahorros de varios meses -2.000 dólares- los invertirían en algo fundamental para el ser humano: ropa. Crearon la marca Ropa Gallardo y desde entonces importan prendas para venderlas a un nicho específico (los adolescentes). Con dos años en el mercado, su clientela ha aumentando y ellas se van abriendo paso en el mundo de la moda.

Michelle y Lily Gallardo, jóvenes emprendedoras que crearon la marca Ropa Gallardo
Michelle y Lily Gallardo, jóvenes emprendedoras que crearon la marca Ropa Gallardo

Estas dos hermanas, Lily, de 20 años, y Michelle, de 23, tenían sus metas bien claras: “Queríamos poner nuestro propio negocio, así lograríamos más independencia”. Para hacerlo, decidieron sacarle provecho a sus constantes viajes a Estados Unidos y Argentina ya que se dieron cuenta de una carencia en el mercado local. “A Guayaquil le hacía falta juventud en la moda. Hay muchas tiendas, pero no están enfocadas hacía las adolescentes”, explica Lily. Así, decidieron traer de los países a los que viajaban prendas para satisfacer a este grupo, para lo cual crearon su marca.

La primera vez que viajaron a Miami con el propósito de adquirir prendas comerciales trajeron todo lo que a ellas les gustaba, porque consideraban que compartirían los mismos gustos que su futura clientela, en lo cual acertaron. Pero los primeros cinco meses fueron duros porque no sabían nada de hacer negocios. “Dimos créditos y no nos fue tan bien. Confiábamos mucho en las personas, pero aprendimos de eso. Por este motivo, ahora los pagos solo son en efectivo o por tarjeta de crédito”, cuenta Michelle.

Uno de los puntales que llevó por buen camino a este emprendimiento fue Facebook. En esa red social, no solo subían imágenes de la ropa que promocionaban, sino también intentaban darle vida a sus prendas. “Cuando tomábamos las fotos a la ropa en los armadores nos dimos cuenta de que no se vía bien. Entonces, mi prima, Lily y yo empezamos a maquillaros, peinarnos y a tomarnos fotos en una pared blanca”, recuerda Michelle. Ahora, con el negocio ya encaminado, invierten parte de sus ganancias en modelos y fotógrafos para que se encarguen de la producción y post-producción de las sesiones, a fin de establecer la marca Ropa Gallardo.

Una de las sesiones de fotos de Ropa Gallardo
Una de las sesiones de fotos de Ropa Gallardo

Creen que el crecimiento de su pequeña empresa pudo haber sido más rápido, pero debido a sus horarios de universidad (estudian en la Casa Grande) no han podido dedicar un poco más de tiempo a su tienda, ubicada en Rumichaca y Víctor Manuel Rendón. Sin embargo, lo prefieren de ese modo, porque así pueden consolidarse e ir creciendo de acuerdo a sus posibilidades. “De esta forma no perdemos el control sobre el negocio, además contamos con dos personas en el local”, cuenta Michelle.

Entre sus planes a futuro está lanzar su propia  línea de ropa, diseñada por ellas. “Actualmente estamos en pruebas y consiguiendo más personal, ya que lo vamos hacer, y queremos hacerlo bien, con ropa de buena calidad”, concluye Michelle.

 

 

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