¿Por qué estos objetivos más pequeños y menos intensos son viables para hasta los empresarios más ocupados? Porque ayudan a combatir el estrés. Puesto que muchas veces no está en nuestra mano cambiar significativamente nuestro estilo de vida o el horario, fijarse metas asequibles nos cargará de optimismo que, junto con las endorfinas y otras sustancias positivas derivadas de practicar deporte, combatirán el estrés residual de la jornada laboral. Y, por supuesto, una vida más saludable contribuirá a afrontar el trabajo con más energía y a mejorar el rendimiento en todos los ámbitos de tu vida.

Los pequeños compromisos como hacer deporte a diario no requieren muchas horas de trabajo adicional. Además, establecer compromisos más pequeños aumenta las posibilidades de que los integres en tu estilo de vida, lo que en el caso del deporte es muy beneficioso. Entonces, ¿cuáles son estas metas fitness tan asequibles? Aquí te recomendamos cinco con las que empezar el reto:

1. No sentarse durante toda la jornada de trabajo.

Sentarse durante largos períodos de tiempo está vinculado a un aumento del 50% del riesgo de muerte, literalmente por cualquier causa. Está relacionado con el desarrollo del síndrome metabólico y las enfermedades cardiovasculares. No es cuestión de cambiar horarios para pasar menos tiempo sentado, sino tomar frecuentes descansos, caminar o estirar, e incluso aprovechar las llamadas telefónicas para dar una vuelta por la oficina sin perder tiempo de trabajo.

2. Eliminar refrescos y bebidas azucaradas.

Una lata de refresco contiene 150 calorías, y algunas bebidas azucaradas (como los famosos caffe lattes) pueden contener varios cientos más. Suprimir dos latas de refresco al día puede ahorrarte más de 2000 calorías a la semana semana, lo que equivale a correr 13 kilómetros. Hay poco o ningún valor nutritivo en estas bebidas, así que cambia al agua y los tés y sentirás una mejora inmediata en tu vida.

3. Prepárate la comida y llévala al trabajo.

Desde la oficina es fácil pedir comida de un restaurante cercano, pero las comidas del restaurante tienden a estar llenas de calorías (y vienen en porciones masivas). Cuanto más proactivo seas en cuanto a la alimentación, mejor, así que te sugerimos dedicar 15 minutos cada mañana a preparar un almuerzo saludable para ti. También ahorrarás dinero, lo cual es una ventaja adicional.

4. Lleva bocadillos saludables a la oficina.

Elimina las tentaciones para ti y tus compañeros de trabajo llevando meriendas saludables a la oficina. Esto podría significar mantener en la nevera común snacks de verduras frescas, o incluso anacardos, almendras y frutos secos en su escritorio para un tentempié rápido. Los bocadillos son siempre buenos para un aperitivo de mediodía que te aporte energía, más nutrientes y, por supuesto, una restricción calórica que mantenga tu plan de acondicionamiento físico en marcha.

5. Haz ejercicio físico tres veces a la semana.

Puede que no sea tu actividad favorita, y sin duda conllevará que dejes de hacer otras cosas más tentadoras después de la jornada de trabajo, pero es esencial realizar un poco de ejercicio físico a la semana. Afortunadamente, no necesitas un compromiso absoluto, tan solo 30 minutos de ejercicio sirven para mejorar tu salud, siempre y cuando bombees en condiciones tu corazón, y con una frecuencia de 3 veces por semana conseguirás notables resultados en estética y salud. Si puedes, busca un entrenamiento de resistencia y cardiovascular, como correr o hacer bicicleta. Pero incluso un paseo enérgico por el barrio es mejor que nada.

 

Artículo anteriorLa constancia como la clave del triunfo
Artículo siguienteFrases emprendedoras de Paulo Coelho