En la actualidad se habla mucho de invertir dinero y su importancia en el mundo de los negocios.

La mayoría de inversores quiere enriquecerse rápido y no entiende que las inversiones maduran a largo plazo. Además, se dejan vencer por sus emociones cometiendo errores al decidir dónde y cuándo invertir.

Hay muchos tipos de activos y, aunque no son mutuamente excluyentes, una de las situaciones más comunes es que las personas inviertan todo su dinero en un solo instrumento financiero. 

Esto suele ocurrir porque la mayoría lo aprendió así desde casa o porque han decidido dedicarse a eso de manera profesional.

A la vez también hay un universo muy amplio de activos financieros en los que podemos invertir para lograr nuestros objetivos. De manera general, podemos organizar a la gran mayoría en estos en cuatro tipos: 

  1. Efectivo y equivalentes: divisas, depósitos a la vista, depósitos a plazo, CETES, mercado de dinero, entre otros.
  2. Deuda o renta fija: deuda del gobierno o corporativa, local o global. 
  3. Capital o renta variable: acciones o ETFs locales o globales. 
  4. Alternativos: commodities, Bitcoin, bienes raíces, capital privado (private equity), inversión de riesgo (venture capital), arte.

Cada uno de estos tipos de activos tiene características distintas importantes de reconocer. La principal es su relación riesgo/rendimiento. 

¿Tipos de activos y cómo invertir en ellos?

Hay que tomar en cuenta lo siguiente:

  • Objetivos de inversión: Lo primero es establecer tus objetivos, tomando en cuenta la importancia que tienen en tu vida. En la medida que un objetivo sea importante para tí, podrás crear un plan para lograrlo. 
  • Plazo u horizonte: Esto es probablemente lo más importante para establecer el tipo de activo en el que tienes que invertir. A mayor plazo, puedes tener activos con mayor volatilidad, ya que el tiempo disminuye el riesgo que la volatilidad tiene sobre las inversiones. 
  • Tolerancia al riesgo: Es importante reconocer la tolerancia al riesgo que tenemos, pues si bajan nuestras inversiones y no podemos dormir, probablemente no sea una gran idea. Además, entender nuestra tolerancia al riesgo nos va a permitir no tomar decisiones precipitadas si caemos en escenarios poco favorables. 
  • Diversificación: Como ya mencionaba, es clave en las inversiones. Los cuatro tipos de activos financieros suelen estar poco correlacionados, es decir, mientras unos suben, otros suelen bajar y viceversa. Esto hace que, con el tiempo, puedas crear portafolios que generen rendimientos pero que también te puedan cubrir en momentos de crisis. La diversificación disminuye la volatilidad y el riesgo de los portafolios. 
  • Rebalanceos: Es importante tomar en cuenta que de manera periódica, es muy sano rebalancear los portafolios de inversión. Este concepto se refiere a que, dependiendo si suben o bajan los valores dentro de tu portafolio de inversiones, pudieras estar sobre o subexpuesto con base en tu objetivo de inversión. Por eso se recomienda que por lo menos una vez al año revises tus inversiones e intentes rebalancear el portafolio para mantener su distribución inicial.

Fuente: Forbes México

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