El clima marca el pulso del mercado de las materias primas agrícolas. Tras meses de precios en ebullición, la cotización del café y del cacao comienza a enfriarse. El abaratamiento de los granos tropicales más utilizados por los consumidores responde a la mejora meteorológica en zonas de producción clave, como en Brasil y Vietnam, en el caso del café; y de Costa de Marfil y Ghana en el cacao. “No hay mejor cura para los precios altos que los precios altos”, resume Judith Ganes, consultora con más de 40 años de experiencia en la industria. Esto es así porque los productores quieren sacar partido de la bonanza de los precios e invierten para cultivar más, inyectando progresivamente mayor oferta, suavizando la tensión sobre sus cotizaciones.
Algunos analistas consideran que el sentimiento bajista ha sido exagerado y que las condiciones estructurales para más subidas siguen intactas. Entre ellos, los expertos de UBS apuntan que “los inventarios en la cadena de suministro del café y del cacao están en niveles históricamente bajos, las incertidumbres productivas persisten por factores climáticos, y el posicionamiento en los contratos de futuros es relativamente ligero”. Pavel Cardoso, presidente de la Asociación Brasileña de la Industria de Café (ABIC), advierte de riesgos latentes a corto plazo. “Las condiciones han mejorado, pero hay previsiones de frentes fríos a finales de julio y principios de agosto, lo que aviva el temor de heladas [que pueden dañar los cultivos]”, agrega.
Pero en el mercado prevalecen las perspectivas de mejores condiciones en los cultivos y han llevado a una corrección del café particularmente intensa. Los futuros de la variedad arábica —la más dulce y refinada del grano— subieron hasta un 37% en febrero, marcando máximos anuales. Desde entonces, retroceden un 31%, y se sitúan en mínimos de ocho meses. Ganes explica que las proyecciones de producción de café de la próxima cosecha han mejorado en Brasil, principal productor mundial, así como en Vietnam, Indonesia y América Central. “Solo Colombia [segundo exportador de la variante arábica] ha tenido problemas debido a lluvias excesivas durante la floración de los cafetos [los árboles del café], lo que ha afectado la cosecha secundaria y podría reducir también la principal”.
Desde el país cafetero, Gustavo Gómez, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Asoexport), confirma que las lluvias han afectado la producción, pero minimiza el impacto: “El sector ha sabido aprovechar los altos precios del año pasado para invertir en productividad y eficiencia”. Gómez agrega que la caída responde a un periodo “normal de estabilización tras un ciclo alcista muy pronunciado” y que “los reportes de cosecha recientes son más optimistas, con lo que el mercado tenderá a estabilizarse en torno a los 2,80 dólares por libra”. La tendencia bajista se ha dado la vuelta: en las últimas diez jornadas la amenaza de Trump de imponer a Brasil con aranceles del 50% ha disparado la cotización del café en Nueva York un 10,5%.
En paralelo, los precios del cacao también se enfrían. Su precio se disparó un 65% durante 2024 gracias a una tormenta perfecta de escasez, sequías y plagas, que derivó en una caída del 14% en la producción global, especialmente en Costa de Marfil y Ghana, que concentran el 60% del suministro. El déficit del cacao es estructural y cumple ya tres años consecutivos. La presión llevó al grano a superar los 12.000 dólares por tonelada en diciembre, un precio sin precedentes. Pero la cotización afloja y retrocede un 25% desde los máximos del año.
La Organización Internacional del Cacao (ICCO) prevé que la demanda caiga y que haya una recuperación parcial de la producción, lo que alargaría el respiro de los precios, pero destaca que el alivio es relativo. Con todo, la oferta sigue un 7,7% por debajo del nivel de 2021 y arrastra problemas estructurales como la falta de inversión en fincas, la excesiva dependencia de los países africanos y la fuga de trabajadores a sectores más lucrativos, como el oro. Las existencias de cacao han repuntado un 10,6%, pero la proporción de inventarios sigue en mínimos de 40 años, resalta Bloomberg.
Las dinámicas del mercado ya se trasladan al bolsillo de los consumidores. Lauriane Kraskowski, analista de crédito en Crédit Mutuel Asset Management, comenta que la escalada del 365% del cacao entre 2023 y 2025 “se trasladó al consumidor en marzo pasado, cuando el precio medio de los chocolates de Pascua subió un 14% interanual”. En el caso del café, la icónica tostadora italiana, Lavazza, ha reconocido que el consumo mundial de café ha caído un 3,5% en los últimos dos años por los elevados precios.
Giuseppe Lavazza, presidente del grupo, quien además ha llegado a responsabilizar a los fondos especulativos de la volatilidad del precio del café, ha reconocido que los costes llegaron a niveles “insostenibles para la industria y para el consumidor”, y ha advertido sobre el riesgo adicional que supondría el arancel del 50% a Brasil que propone la Casa Blanca. Cardoso, de ABIC, coincide en que la tensión continúa en el mercado del café por factores estructurales y señala que, según cálculos de las grandes comercializadoras brasileñas, los inventarios globales cubrirían apenas “dos meses de consumo mundial” al culminar la actual cosecha en el gigante suramericano. Además, las previsiones de demanda apuntan a un crecimiento este año del “1,8% respecto a 2024, impulsada por Asia y los mercados emergentes”, concluye.
Ryan Delany, analista jefe en la consultora especializada en café, Coffee Trading Academy, resume así el momento actual: “Producir un saco en Brasil [cada uno de 60 kilos] cuesta 600 reales y se vende a casi 2.000 (…), lo que ha disparado la inversión y nuevas plantaciones”. El mercado ya no mira la cosecha actual, sino la próxima en Brasil, que se empieza a definir este agosto con la floración, y las señales son optimistas: “ramas sanas y buen crecimiento vegetativo”. Mientras tanto, Vietnam y Centroamérica avanzan con lluvias favorables. “Si el clima acompaña, el mercado podría estabilizarse hacia final de año”, comenta.
