El video es el rey del marketing digital, pero la mayoría de las marcas siguen fracasando porque intentan vender en lugar de conectar.
A ver, seamos honestos. Llevamos años oyendo que el video es el futuro, el presente y casi el desayuno de los campeones del marketing. Y sin embargo, ahí estás, subiendo videos que tienen menos visualizaciones que una reunión de vecinos por Zoom. ¿Qué demonios está pasando?
El problema, casi siempre, es que intentamos vender en lugar de conectar. Pensamos en el anuncio perfecto en vez de en la historia real. Pero tranquilo, la solución no es contratar a un director de cine de Hollywood. A menudo, solo necesitas una buena idea y un editor de videos que no te obligue a sacarte un máster para usarlo. Si quieres dejar de hablarle a la pared, presta atención a estas dos claves.
Estás Luchando Contra el Dedo (y Vas Perdiendo)
La cruda realidad de plataformas como TikTok o Instagram Reels es esta: tienes una ventana de atención de unos 3 segundos antes de que un pulgar decida tu destino. Es una guerra relámpago. Si tu video empieza con un logo gigante o parece un spot de teletienda, has perdido. La gente huele los anuncios a kilómetros.
¿La solución? Camuflaje. Crea contenido que parezca parte del feed, no una interrupción. Un tutorial rápido, una broma interna de la oficina, un dato curioso que nadie esperaba de una marca como la tuya… algo que detenga ese dedo en seco. El objetivo no es vender en el segundo uno, es ganarte el derecho a ser escuchado.
Intentas Ser Perfecto (y Eso es Aburridísimo)
El marketing de antes nos enseñó a pulir cada detalle hasta el extremo. Logos impecables, mensajes corporativos aprobados por tres departamentos, sonrisas forzadas. Bueno, pues olvida todo eso. La gente está hasta el gorro de la perfección de plástico. Quieren ver el desorden, el error, el lado humano.
- Deja que tus clientes sean las estrellas: Un video de un cliente real, sin guion, usando tu producto, es mil veces más potente que tu mejor anuncio; de hecho, los estudios de marketing demuestran constantemente que los consumidores encuentran el contenido generado por usuarios mucho más auténtico que el contenido de marca. Es la verdad sin filtros. Anímales, prémiales, dales el protagonismo que merecen.
- Muestra tus ‘bambalinas’: Piensa en ello como si fuera el reality show de tu marca. Presenta a la persona que prepara los pedidos y su música favorita para trabajar. Muestra la caótica sesión de lluvia de ideas que dio lugar a vuestro último producto: con garabatos, tazas de café y todo el desorden. Estas no son distracciones de tu marca; son la historia de tu marca. Generan confianza porque demuestran que hay personas reales y apasionadas detrás del logo.
Olvídate de lo Viral, Apuesta por el Valor
Hay otra trampa mental en la que caemos todos: la obsesión por «hacernos virales». Queremos el video del millón de visitas, el que todo el mundo comparte. Pero perseguir la viralidad es como jugar a la lotería; es una estrategia basada en la suerte, no en la habilidad.
La meta no debería ser llegar a todo el mundo, sino llegar a tu mundo. 100.000 visitas aleatorias nunca serán tan valiosas como 1.000 o incluso 100 visitas de personas que tienen un interés real en su producto. Son las personas que aportan valor a cada clic, sin ellas las miles de visualizaciones no significan nada.
¿Qué pregunta frecuente puedo responder de una vez por todas? ¿Qué consejo rápido le ahorrará tiempo o dinero? El valor no tiene por qué ser una clase magistral; puede ser una carcajada, un momento de reconocimiento («¡Justo eso me pasa a mí!») o un truco que no conocían. Este enfoque no solo detiene el dedo, sino que empieza a construir una comunidad leal. Y una comunidad leal es lo que realmente impulsa un negocio, no un pico de fama fugaz.
Entonces, ¿qué hacemos ahora?
En serio. Deja de leer artículos sobre video marketing (sí, incluso este) y ponte a hacer uno. Coge el móvil ahora mismo, graba cualquier cosa que se sienta auténtica y empieza a jugar.
La herramienta ya la tienes a un clic, con editores sencillos como Clideo: editor de vídeo. Lo único que falta es que te atrevas. Ahora, a crear.































