El acuerdo con Microsoft significa un importante avance en los esfuerzos de OpenAI para metamorfosearse en una empresa con ánimo de lucro.
Microsoft y OpenAI forjaron este jueves un acuerdo no vinculante que permitiría a la postre la reestructuración de la startup de IA capitaneada por Sam Altman y su eventual debut en los mercados bursátiles. Ambas partes habrían resuelto así las complicaciones de una de las asociaciones más importantes en el ramo de la tecnología.
Las dos compañías han anunciado un memorando de entendimiento sobre la siguiente fase de su asociación y dicen estar trabajando en finiquitar los términos contractuales para llegar a un acuerdo definitivo. No han transcendido, no obstante, los detalles de naturaleza financiera del acuerdo.
«Juntos continuamos centrados en poner las mejores herramientas de IA a disposición de todo el mundo en base en nuestro compromiso común con la seguridad», dicen Microsoft y OpenAI en una declaración conjunta.
El acuerdo significa un importante avance en los esfuerzos de OpenAI para metamorfosearse en una empresa con ánimo de lucro y deja atrás la estructura «nonprofit» por la que se ha regido hasta ahora. La matriz de ChatGPT argumenta que este cambio es necesario para recaudar fondos y competir con mayores garantías en el concurrido mercado de la IA. OpenAI tiene actualmente un valor de alrededor de 500.000 millones de dólares.
Microsoft ha invertido en OpenAI al menos 13.000 millones desde el año 2019 y, en virtud de su alianza con la compañía, se lleva una parte de los ingresos generados por ChatGPT y otras herramientas de IA. Sin embargo, la asociación de ambas compañías ha terminado tornándose en más compleja en los últimos años a medida que una y otra parte han ampliado sus ambiciones en el terreno de la IA.
OpenAI lo tendría ahora más fácil para seguir adelante con su metamorfosis en una empresa con ánimo de lucro
Microsoft, que a día de hoy contempla a OpenAI como a un rival en este ámbito de actividad, está desarrollando sus propios modelos de IA. Y OpenAI ha firmado, entre tanto, importantes acuerdos en el área del «cloud computing» con Oracle y Google con el último objetivo de reducir su dependencia de las infraestructuras de la empresa de Redmond.
Por otra parte, el plan de reestructuración proyectado por OpenAI para mutar en una empresa con ánimo de lucro se está topando con no pocos obstáculos de naturaleza regulatoria. Los fiscales generales de California y Delaware están investigando, no en vano, el plan de reestructuración de OpenAI. Y Elon Musk y su empresa de IA xAI han demandado asimismo ala matriz de ChatGPT para frenar su conversión en una compañía con ánimo de lucro argumentando que esta estaría traicionando el propósito «nonprofit» con el que salió originalmente del cascarón.
El acuerdo alanzado ayer por Microsoft y OpenAI continuará garantizando a la primera compañía el acceso a la tecnología de la segunda aun cuando la startup alcance en algún momento la fase de Inteligencia Artificial General (IAG), algo que habría dinamitado su alianza bajo los actuales términos contractuales entre una y otra parte.
Ni Microsoft ni OpenAI ha revelado la proporción de la startup de IA que estaría en manos del gigante del software en función del nuevo acuerdo. Se desconoce igualmente si Microsoft retendría el acceso exclusivo a los últimos modelos de IA de OpenAI.
La empresa liderada por Sam Altman espera completar su metamorfosis en una empresa con ánimo de lucro a finales de este año. Si la compañía no logra eventualmente su objetivo y su reestructuración termina demorándose, se arriesga a perder miles de millones de dólares en financiación.
Una reestructuración se lo pondría más fácil a OpenAI a la hora de atraer capital de los inversores en un marcado cada vez más concurrido en el que rivaliza de tú a tú con empresas como Google, Anthropic o Meta.































