
Luego de dieciséis años de haber dejado el Ecuador, los Estados Unidos vuelven a trasladar un primer contingente militar para tareas de seguridad en Manta (Manabí), en el marco de la vigencia de dos tratados internacionales.
La Embajada de Estados Unidos en Ecuador dio este miércoles la “bienvenida” a su personal de la Fuerza Aérea para una operación temporal en Manta con el objeto de complementar la lucha contra los narcoterroristas y recabar información.
“La operación mejorará la capacidad de las fuerzas militares ecuatorianas para combatir a los narcoterroristas, incluyendo el fortalecimiento de la recopilación de información y las capacidades de lucha contra el narcotráfico, y está diseñada para proteger a los Estados Unidos y al Ecuador frente a las amenazas que compartimos”, señala un mensaje que se posteó en la cuenta de X de la Embajada estadounidense este 17 de diciembre de 2025.
En paralelo, en las cuentas de redes sociales del mandatario Noboa se reiteró que esta es una operación temporal que permitirá identificar y desarticular las rutas del narcotráfico y “someter a quienes creyeron que podían tomarse el país”.
Esta cooperación para la Fuerza Aérea de Ecuador se da en el contexto del Acuerdo Relativo al Estatuto de las Fuerzas, que permite que personal militar y civil de los Estados Unidos puedan estar presentes “temporalmente” en territorio ecuatoriano con relación a visitas de buques, entrenamiento, ejercicios, actividades humanitarias y otras causas, como detección de delitos de narcotráfico, tráfico ilícito.
Facilita que el personal tenga facilidad de movimiento, privilegios, exenciones e inmunidades, articuladas a los instrumentos internacionales.
Este Estatuto es parecido al Acuerdo de la Base de Manta (FOL, por sus siglas en inglés), que se firmó en 1999, en la presidencia de Jamil Mahuad.
Establecía el fin “único y exclusivo propósito de llevar adelante operaciones aéreas de detección, monitoreo, rastreo y control de actividades ilegales del tráfico aéreo de narcóticos” y permitía que los uniformados que lleguen a Ecuador tengan una condición jurídica equivalente a la que proporciona al personal administrativo y técnicos de la Embajada de los Estados Unidos, conforme a la Convención de Viena de 18 de abril de 1961.
No obstante, en el 2009, con la vigencia de la Constitución aprobada en Montecristi, el expresidente Rafael Correa puso fin a dicho instrumento y las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos abandonaron el Ala de Combate n.º 23, de la Base Militar de Manta.
En todo caso, las acciones militares temporales toman impulso luego de casi dos años de que el presidente de la República, Daniel Noboa, firmó —en febrero de 2024— dos decretos ejecutivos con los que ratificó dos tratados que fueron declarados constitucionales por la Corte Constitucional (CC).
De ellos se venía discutiendo desde la presidencia de Lenín Moreno y se agilizó en la administración del ex primer mandatario Guillermo Lasso.
El acuerdo internacional permite que las aeronaves, buques y vehículos que operen las Fuerzas Armadas de Estados Unidos puedan entrar a Ecuador, salir y desplazarse libremente.
Además, Estados Unidos podrá celebrar contratos con las personas jurídicas que elija y se regirá a sus normativas y no estarán sujetas a pagar impuestos u otras obligaciones tributarias.
Sin embargo, las aeronaves norteamericanas podrán arribar al país previa autorización del Ministerio de Defensa Nacional para operar en el espacio aéreo y aterrizar y permanecer temporalmente en la Base Aérea Simón Bolívar de Guayaquil y otros aeropuertos, en las ocasiones y tiempo necesarios.
También podrán transmitir órdenes de la Fuerza Aérea ecuatoriana a aeronaves sospechosas para que aterricen, con sujeción a las leyes del derecho internacional y nacionales.
La información de las actividades que realizará el personal militar de los dos países y por cuánto tiempo se mantiene bajo reserva.
El acuerdo está vigente y puede modificarse o terminarse por acuerdo escrito de las partes, con el aviso previo de un año y a través de las vías diplomáticas.
Como parte de otros acuerdos firmados está el Programa de Unidades Selectas (Programa VU, por sus siglas en inglés) que lidera la oficina de la Administración de Control de Drogas (Drug Enforcement Administration-DEA, por sus siglas en inglés), para realizar investigaciones internacionales antinarcóticos.
Esto permite ejecutar acciones bilaterales para “contrarrestar, debilitar, neutralizar y desmantelar a las principales redes internacionales dedicadas al tráfico de drogas, a través del mar”. (I)































