La inteligencia artificial y el growth hacking están redefiniendo el marketing. Ante esta transformación, los profesionales apuestan por la formación ejecutiva en las mejores escuelas de negocios para mantenerse al frente del cambio.
En pleno auge de la transformación digital, el aprendizaje se ha convertido en la nueva moneda de cambio para los profesionales del marketing. La inteligencia artificial (IA) ha pasado en apenas tres años de ser un concepto futurista a instalarse en el día a día de empresas y universidades. Este salto ha provocado un desajuste entre la oferta educativa y la necesidad real de talento: el 70% de las empresas busca especialistas en IA, pero apenas una de cada cinco encuentra el perfil adecuado. La demanda de cursos se ha disparado y quienes se forman en esta tecnología multiplican rápidamente sus posibilidades de empleo.
El boom de la formación en inteligencia artificial
La eclosión de la IA no sólo está desbordando a los departamentos de marketing: casi nueve de cada diez estudiantes universitarios españoles utilizan ya herramientas de IA, aunque sólo el 34% recibe formación específica. La mayoría reconoce que querría ampliar sus conocimientos en esta materia. Las empresas también se enfrentan a este déficit: siete de cada diez trabajadores consideran esencial formarse en IA, pero apenas una cuarta parte ha recibido capacitación por parte de sus empleadores. Mientras tanto, el 91% de los líderes de marketing confía en la IA generativa y el 74% planea aumentar la inversión en esta tecnología en 2025.
Estas cifras explican por qué las matriculaciones en cursos de IA aplicada al marketing se han disparado en el último año. La tecnología permite automatizar tareas repetitivas, extraer insights accionables y acelerar el crecimiento de las empresas. Frente a esta avalancha, los profesionales demandan formación estructurada y de calidad que les permita ampliar su conocimiento y dominio de herramientas, comprender su impacto ético y aplicar la IA con criterio.
Growth hacking se consolida como la disciplina clave
Paralelamente, la figura del growth hacker está ganando relevancia en los equipos de marketing. En un mercado hipercompetitivo, hacer crecer un negocio ya no depende sólo de grandes presupuestos, sino de la creatividad, los datos y la automatización. El growth hacking nació en Silicon Valley como una estrategia de bajo coste para generar crecimiento exponencial; hoy es un pilar estratégico de grandes corporaciones.
A diferencia del marketing tradicional, el growth hacking optimiza cada etapa del embudo (adquisición, activación, retención, ingresos y recomendación) buscando tácticas escalables que se testan y validan rápidamente. Entre las estrategias más efectivas destacan:
- Adquisición innovadora: aprovechar keywords long tail, lead magnets y scraping ético para captar usuarios.
- Activación inmediata: diseños de onboarding y experiencias personalizadas que muestran el valor del producto en segundos.
- Retención personalizada: e?mails automatizados, notificaciones inteligentes y segmentación avanzada.
- Monetización estratégica: modelos freemium, upselling inteligente y tests de precios.
- Recomendación viral: programas de referidos e integraciones sociales.
Este perfil combina análisis de datos, creatividad y conocimientos de negocio. No es casualidad que empresas como Dropbox, Spotify o TikTok confiaran desde el principio en equipos de crecimiento.
¿Dónde formarse? El regreso a las aulas de las mejores escuelas de negocios
Con el auge de la IA y del growth hacking, cada vez más directivos y profesionales del marketing están apostando por la formación ejecutiva para adquirir las competencias tecnológicas necesarias. Los cursos online y los talleres especializados son una opción. Sin embargo, muchos buscan programas más completos que integren estrategia, liderazgo y visión global en la aplicación práctica de las diferentes herramientas. Aquí entran en juego las escuelas de negocios de élite, que han incorporado módulos de analítica avanzada, IA y marketing digital en sus MBA y programas ejecutivos.
Para los profesionales del marketing que quieren invertir en su carrera a largo plazo, resulta clave elegir una institución con reconocimiento internacional. El ranking publicado por InfoMBAs sobre las principales escuelas de negocios del mundo es un buen punto de partida para conocer a la élite académica en el ámbito empresarial. En él figuran centros como Harvard Business School, INSEAD, IESE o MIT Sloan, que se distinguen no sólo por su rigor académico, sino por su capacidad para actualizar sus programas con tecnologías disruptivas y metodologías ágiles y fáciles de implementar en función del sector y tamaño de la empresa. Estos centros combinan casos reales, simulaciones, proyectos de consultoría y una red global de contactos para que los alumnos apliquen los conceptos aprendidos en un entorno profesional exigente.
La tendencia también se refleja en España: las principales business schools, como IESE o ESADE, han actualizado su oferta para lanzar cursos especializados en IA, datos y crecimiento digital, conscientes de que las empresas necesitan líderes capaces de conectar la visión estratégica con la ejecución tecnológica. Además, los programas Executive MBA (EMBA) y MBA se están adaptando para ofrecer itinerarios más flexibles que permitan compaginar la formación con la vida laboral.
El valor de unir tecnología, creatividad y formación
La combinación de inteligencia artificial y growth hacking está transformando el marketing tal y como lo conocíamos. Pero ninguna herramienta ofrece resultados sin el criterio y la visión de profesionales formados. La necesidad de talento especializado con competencias tecnológicas, las cifras que avalan el crecimiento de la IA en los departamentos de marketing y la consolidación del growth hacking como disciplina estratégica dejan claro que la formación ha dejado de ser una opción para ser considerada imprescindible. Y justamente es en las mejores escuelas de negocios donde los marketers encuentran el espacio para adquirir una visión global, desarrollar liderazgo y dominar las tecnologías que van a marcar el futuro de la industria.
En este nuevo panorama, las nuevas generaciones de marketers y las actuales que quieran subirse al carro deben invertir en su desarrollo profesional, no solo para estar mejor preparadas, sino también para asumir los retos que se avecinan. Por otro lado, se posicionarán como agentes de cambio capaces de impulsar la transformación en sus compañías y en el sector.































