La publicidad está viviendo un giro inesperado: frente al auge de la inteligencia artificial, lo que más conecta con la gente es lo auténtico.
Con el paso de los años, el sector publicitario ha ido transformando sus estrategias. Pero surge la gran pregunta: ¿qué camino está tomando con la irrupción de la inteligencia artificial? Hoy, los profesionales aprovechan al máximo las herramientas digitales, entre las cuales la inteligencia artificial generativa ocupa un lugar destacado. Sin embargo, el público no termina de aceptar del todo esta tecnología, y sigue valorando lo auténtico.
Según una columna de opinión en Horizont, la publicidad está apostando por lo genuino y tratando de no depender en exceso de lo digital. La revista, para subrayar esta idea, cita como ejemplo la campaña de otoño de Hornbach: un proyecto que se apoyó en mensajes simples y humanos, dejando de lado lo artificial.
Los resultados fueron positivos: comprobaron que lo auténtico sobresale mucho más que las imágenes creadas con IA. La revista lo resume así: los sectores publicitarios están repensando la manera de comunicar.
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¿Por qué las ideas humanas tienen más valor?
La gran pregunta que surge es: si la IA puede generar mensajes convincentes en segundos, ¿cómo pueden los sectores de comunicación competir con ideas auténticas? Aquí es donde la «humanidad» se convierte en un valor diferencial.
Hoy, las marcas tienen objetivos claros: no solo captar la atención del público, sino también generar confianza y credibilidad. La publicidad debe centrarse en proyectos reales para conectar de forma más sólida con las personas. Una marca que trabaja de esta manera gana la confianza de su público y, lo más importante, cumple con las promesas que les hace.
Una encuesta de LinkedIn, citada por Horizont, confirma esta tendencia: siete de cada diez profesionales de marketing ya prefieren trabajar con contenidos auténticos y creadores reales. Para que una campaña sea realmente exitosa, no basta con depender de las innovaciones tecnológicas: es imprescindible mantener el vínculo humano.
