La principal patronal de las pequeñas y medianas empresas, Cepyme, presentó este lunes el informe Crecimiento empresarial. Situación de las pymes en España respecto a otros países europeos. es una radiografia de la estructura productiva españolaformado por empresas con una media de cinco empleados, frente a los 12 en Alemania; con la tercera peor productividad del continente; y con el quinto nivel de cotización más caro según análisis de Cepyme. Este diagnóstico de la situación está vinculado al pedido que hacen al Ejecutivo. “La empresa española no está preparada para un nuevo aumento de costes, un aumento del salario mínimo, que afecte a toda la escala salarial. “Es una intervención del Gobierno”, dijo el dirigente de Cepyme, Gerardo Cuerva, quien pidió vincular este debate con la reducción de jornadaen la misma línea que el presidente de CEOE, Antonio Garamendi.
Esta postura surgió dos días antes de la reunión de representantes sociales para discutir un nuevo aumento del salario mínimo interprofesional (SMI). Los empresarios no han participado en las últimas cuatro subidas del SMI, postura que es aún más probable que se repita en el diálogo social ante la posibilidad de una reducción de jornada. Las pequeñas empresas, precisamente las que más pagan el salario mínimo y cuyos acuerdos exigen más jornadas de 40 horas, son las que más han insistido en los efectos negativos tanto del aumento de los menores salarios como de la reducción de las horas pactadas. El apoyo de las pymes a la subida del SMI no está descartado al 100%, pero es el más previsible y lo defiende la mayoría de la organización. El directivo de Cepyme hablará este martes sobre su postura sobre el SMI y CEOE lo hará el miércoles.
El presidente de la patronal del pequeño empresario y también vicepresidente de CEOE ve «voluntad política» en la intención del Gobierno de aumentar el salario mínimo. “No conocemos la memoria económica asociada a este dato”, dijo en referencia a la propuesta del dictamen, que plantea lo siguiente un aumento del 3,4% y 4,4% respectivamente. “Es difícil apoyarlos cuando no sabemos por qué y cuáles son las consecuencias de tales visiones”, añadió Cuerva. Ha reconocido que aumentar el SMI es «potestad» del ejecutivo, pero insiste: «Me atrevo a decir que es una clara intervención en la negociación colectiva que no tiene en cuenta la realidad de las pymes».
Cuando se le preguntó concretamente qué aumento propone el SMI Ceypme, Cuerva respondió: “No hay que perderse en los números y añadió que este debate debería ir ligado a la reducción de jornada, que también incide en un efecto aumento de salarios: “ Dificulta aún más iniciar un negocio, es un café para todos que no tiene ningún sentido”. No vale la pena comerse la salchicha pedazo a pedazo”. «Necesitamos un análisis de la situación general».
En declaraciones a TVE y Telecinco recogidas por Europa Press, Garamendi mantiene el mismo punto de vista: “Por un lado, parece que la jornada laboral está llegando a su fin, y por otro, que el salario mínimo está llegando a su fin. fin”. Por otro lado, parece que las contribuciones sociales existen cuando se trata de un todo y queremos hablar del todo. No se pueden abordar las cuestiones directamente de una forma u otra, porque si la cuestión de las horas de trabajo no estuviera en la agenda, podríamos estar hablando del salario mínimo. Dijimos que teníamos que hablar de todo y juntos”.
Aumento “continuo”
Cuerva ha denunciado el aumento «incesante» de las aportaciones asumidas por las empresas, citando el fortalecimiento de los ingresos del sistema de pensiones a través del mecanismo de equidad intergeneracional. “Un aumento del salario mínimo o una reducción de la jornada laboral no ayuda. “Es un problema real que en España haya empresas más pequeñas que en el resto de Europa. Esto afecta a la competitividad de nuestro sistema”, ha afirmado Cuerva, quien ha identificado “decisiones financieras” que “desalientan” el crecimiento de las empresas.
Del gobierno ellos vienen a la defensa que el mismo aumento de los costos laborales que ha llevado a una disminución de la desigualdad salarial ha reducido el incentivo para la “competencia descendente”. Es decir, el aumento del salario mínimo ha restado atractivo a los sectores más precarizados, lo que incentivaría tanto el crecimiento del tamaño de las empresas como de los sectores más productivos, que son a la vez los que pueden pagar mejores salarios.
Menor productividad
“Aunque en los últimos años se ha observado una ligera tendencia al aumento del tamaño de las empresas, esto todavía no es suficiente para cerrar la brecha existente con la media europea”, escribe Cepyme en un comunicado de prensa, señalando que el número de medianas empresas compañía de empresas ha aumentado. Se espera que el tamaño de las empresas (18.123 en 2022) aumente un 36%, hasta alcanzar la media de los principales países europeos de la región (24.735 empresas).
“Una red corporativa más pequeña que la de nuestros socios y competidores europeos genera una serie de desventajas, incluidos salarios más bajos debido a menos recursos, menos oportunidades para atraer y retener talento; capacidad reducida para acceder a la financiación necesaria; menor capacidad para exportar e innovar y, en última instancia, menor productividad y competitividad, así como menos recursos para hacer frente a situaciones de crisis. Lo que en última instancia conduce a una vida útil más corta de las empresas y a una mayor dificultad de supervivencia”, añade Ceypme. La patronal señala otras circunstancias que dificultan el día a día de las pequeñas empresas, como el aumento del absentismo o la morosidad.
Para corregir este panorama, Cepyme propone varios cambios: que toda la legislación se base en la certeza de que la mayoría de las empresas españolas son pequeñas; que por cada norma se derogue otra para no aumentar la burocracia; reducir los costos laborales; un entorno de trabajo flexible y estable; o medidas que promuevan la fusión de empresas.