La Navideña da un salto adelante con más días, más programación y una experiencia cuidada que busca consolidar a Plaza de España como referente navideño en Madrid.

La Navideña no ha dejado de crecer y consolidarse como uno de los grandes atractivos de la Navidad madrileña. En apenas cinco ediciones, este mercado navideño de Plaza de España ha ampliado sus días de actividad, ganado peso cultural y reforzado su identidad como espacio vivo, cuidado y en constante evolución. Una propuesta que aspira a mirar a los grandes mercadillos centroeuropeos de tú a tú, pero desde una interpretación genuinamente madrileña, donde la experiencia se construye a partir de la emoción, la creatividad y el detalle.

Al frente de este proyecto está Álvaro Martín, director de Super 8 Entertainment, uno de los responsables de que La Navideña haya pasado de ser una apuesta emergente a convertirse en un destino navideño de referencia para familias, jóvenes, turistas y visitantes internacionales. En esta entrevista, Martín analiza el proceso de transformación del evento, el papel de la programación cultural y gastronómica, la alianza con el Ayuntamiento de Madrid y el impacto social y medioambiental que forma parte del ADN del proyecto.

En solo cinco ediciones, La Navideña ha pasado de 32 a 49 días de activación. ¿Qué factores explican este crecimiento y qué impacto esperáis que tenga en asistencia, actividad y posicionamiento de cara a 2025–2026?

    El crecimiento tiene que ver con la propia evolución de Plaza de España y con la forma en que la ciudadanía se ha apropiado del espacio desde su reforma. Cada año hemos visto cómo La Navideña se convertía en un punto de encuentro natural para familias, vecinos y visitantes, y ampliar la apertura era una consecuencia lógica de esa demanda. Esperamos un impacto notable, no solo en asistencia, que ya superó el millón de visitantes únicos la pasada edición, sino también en actividad cultural y en posicionamiento. La extensión del calendario permite que más personas vivan la experiencia y consolida a Plaza de España como uno de los epicentros de la Navidad en Madrid.

    La evolución desde 2021 ha sido notable: la pista de hielo ha pasado de 450 m² a 600 m² y la afluencia se ha duplicado. ¿Cómo describirías este proceso de transformación del evento?

      Ha sido un proceso muy orgánico, guiado por la observación del público y por el conocimiento del lugar. Empezamos con una pista de 450 m² y un formato más reducido, y la respuesta fue inmediata: la gente entendía La Navideña como un espacio cuidado, accesible y con identidad propia. Esa escucha nos ha llevado a ampliar la pista a 600 m², reforzar la programación cultural, enriquecer el mercado artesanal y cuidar cada detalle de la experiencia. La evolución ha sido constante, pero siempre fiel a la esencia inicial: ofrecer un proyecto de ciudad que combina cultura, gastronomía, artesanía y ocio de forma coherente.

      La Navideña aspira a situarse al nivel de los grandes mercadillos centroeuropeos. ¿Qué elementos contribuyen a construir esa experiencia comparable?

        Tomamos como referencia la atmósfera de los grandes mercados de Centroeuropa, pero siempre desde una reinterpretación madrileña. El árbol transitable de 12 metros con pasaje interior de espejos, la pista de hielo natural, el espectáculo diario de luz y sonido, los 32 puestos de artesanía seleccionados y la gastronomía típica forman un conjunto que aspira a esa categoría internacional. Sin embargo, lo que realmente la hace comparable es el cuidado por los detalles: la iluminación, la arquitectura efímera, la integración con la plaza y la idea de crear un espacio vivo que cambia a lo largo del día.

        Esta edición refuerza la dimensión cultural con el Coro Filarmonía y el espectáculo de patinaje sobre hielo con la actuación especial de Sara Hurtado. ¿Qué aportan estas novedades a la identidad artística del evento?

          La programación cultural es uno de los pilares de La Navideña y queríamos reforzarla con elementos que aportaran calidad y emoción. La presencia del Coro Filarmonía de Madrid, un referente en la escena sinfónico-coral, dignifica la propuesta y la conecta con la tradición navideña de una manera muy elegante. Las actuaciones de Sara Hurtado permiten que la pista se convierta en un escenario artístico y no sólo recreativo. Todas estas piezas elevan la identidad del evento y lo acercan a lo que entendemos como una experiencia cultural completa.

          La oferta gastronómica vuelve a tener un peso clave con El Alpino y una selección de puestos inspirados en los mercados europeos. ¿Qué diferencia a vuestra propuesta culinaria de la de otros mercados navideños?

            Madrid no se entiende sin gastronomía. Nuestra propuesta se inspira en los mercados europeos, pero incorpora una mirada propia: desde el chocolate con churros de San Ginés hasta el Glühwein, selección de dulces o platos tradicionales. El Alpino es un buen ejemplo: una cabaña suiza reinterpretada con materiales cálidos y una carta muy cuidada, pensada para disfrutar en compañía. Lo que diferencia nuestra oferta es el equilibrio entre lo local y lo internacional, la calidad del producto y la coherencia estética de todo el espacio.

            Cada año se amplía y diversifica la oferta para atraer a públicos distintos: familias, turistas, jóvenes, visitantes internacionales… ¿A quién habla La Navideña 2025 y qué tipo de experiencia busca ofrecerles?

              La Navideña habla a un público muy amplio. Para las familias es un espacio seguro, accesible y lleno de estímulos; para los jóvenes, un punto de encuentro vibrante; para los visitantes nacionales e internacionales, una forma de descubrir un Madrid acogedor y festivo. Lo que buscamos es ofrecer una experiencia que combine emoción, luz, cultura y convivencia. Que cada persona encuentre algo que le conecte con la Navidad: un concierto, un chocolate caliente, un paseo por el mercado, una actuación de patinaje o simplemente la sensación de estar en un lugar especial.

              El Ayuntamiento de Madrid ha sido un aliado esencial en todo este desarrollo. ¿Qué papel ha tenido esta colaboración en el crecimiento de La Navideña?

                La colaboración con el Ayuntamiento ha sido esencial desde el primer día. La reforma de Plaza de España abrió una oportunidad única para reimaginar el espacio público, y La Navideña es en parte fruto de esa visión compartida.

                El Ayuntamiento ha entendido que este proyecto contribuye a la vida cultural, social y económica de la ciudad, y su apoyo ha permitido que crezca de forma sostenible y con un impacto positivo para todos los agentes implicados.

                La colaboración con Fundación Raíces y el trabajo con Ecoembes forman parte del ADN del proyecto. ¿Cómo se materializa este compromiso social y medioambiental en el día a día del evento?

                  El compromiso social y medioambiental no es un añadido, es parte del ADN de La Navideña. Con Fundación Raíces trabajamos para ofrecer oportunidades laborales reales a jóvenes que están en situaciones de vulnerabilidad. Su presencia en el proyecto es fundamental y nos recuerda que un evento público también puede ser un motor de integración. Con Ecoembes reforzamos la gestión sostenible del espacio mediante el uso de materiales reciclables, iluminación de bajo consumo, sistemas eficientes, puntos de reciclaje y protocolos para minimizar el impacto ambiental.



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