La sociedad, especialmente los jóvenes, lee cada vez menos, y los expertos alertan que este desinterés puede tener consecuencias en el desarrollo personal, social y en la publicidad.

Con el avance de las nuevas tecnologías, las redes sociales y las pantallas, cabe preguntarse: ¿sigue siendo la lectura una afición para la sociedad? ¿Las personas continúan leyendo, ya sea en papel o en formato digital?

Lo cierto es que esta costumbre, que antes era mucho más común, parece estar perdiendo terreno. Hoy en día, la mayoría, especialmente, los jóvenes, prefiere consumir videos y audios, ya que ofrecen contenido más cómodo y dinámico, en lugar de enfrentarse a textos largos y complejos.

Por ello, se produce cada vez más contenido audiovisual: podcasts, series, noticias en formato video, etc. Incluso hay medios de comunicación que apuestan mayoritariamente por generar contenido visual en redes sociales, conscientes de que es lo que más consume el público y lo que genera más visualizaciones.

Un ejemplo claro es el grupo alemán Axel Springer, que ha decidido dar un giro en su estrategia empresarial y ha anunciado que todo su contenido estará disponible en formato audiovisual, con ayuda de inteligencia artificial y avatares.

La lectura pende de un hilo

No leer puede tener consecuencias significativas tanto para las personas como para la sociedad en general, e incluso para sectores como el de la publicidad. No lo dicen solo los expertos; es cuestión de sentido común.

«El problema no es que surjan nuevos formatos, sino que estamos desplazando activamente una habilidad que ya teníamos: leer», explica Tino Meitz, investigador en comunicación de la Universidad de Münster. Él menciona estudios recientes que muestran que la capacidad de leer textos largos y entender ideas complejas ha disminuido en los últimos años.

Pero, ¿por qué es importante leer? Tal vez muchas personas no son plenamente conscientes de los beneficios de la lectura. Leer activa áreas del cerebro relacionadas con el pensamiento profundo, la memoria y la comprensión. El psicoterapeuta Dietmar Hansch explica: «Leer permite reflexionar, pausar y volver sobre una idea. Es esencial para organizar pensamientos complejos y desarrollar un pensamiento crítico».

Además, la lectura fortalece habilidades como la concentración, la autodisciplina, la creatividad y el pensamiento analítico. No es solo una herramienta para aprender: también mejora la salud mental.

¿Qué sucede si la sociedad lee menos?

Una sociedad que lee menos enfrenta mayores dificultades para entender un mundo cada vez más complejo. Si no se desarrolla la capacidad de análisis y reflexión, se pierde la base para tomar decisiones informadas, tanto en la vida personal como profesional.

El descenso del texto también afecta directamente a sectores como la publicidad. Cuando el contenido escrito desaparece, se reduce el espacio para mensajes profundos, explicados y que requieren un tiempo de procesamiento más racional.

«La publicidad basada solo en videos o audios tiende a ser más emocional, rápida y superficial», explica Martina Vollbehr, directora de una agencia de medios. Esto puede funcionar para la decisión de compra rápida de productos, pero no para las marcas que necesitan construir confianza con el consumidor a largo plazo.

«El texto permite explicar, debatir, razonar. Si lo eliminamos, perdemos esa conexión racional que es clave para muchas decisiones», añade Vollbehr.

El hecho de que se lea menos no significa que la lectura esté condenada a desaparecer. La clave está en encontrar un equilibrio. No se trata de obligar a nadie a leer, sino de fomentar un consumo más consciente del tiempo: quizá dejar el móvil un rato y leer ese reportaje pendiente, o retomar la novela olvidada.

El objetivo es promover estrategias híbridas, combinar la emoción del audio y el video con la profundidad y claridad del texto.



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