El 38% de la Generación Z deposita su confianza en las redes sociales a la hora de compartir sus datos personales. Esta proporción cae hasta el 37% en el caso de los gobiernos.
Los más jóvenes están en términos generales más prestos a compartir sus datos con terceros, pero ello no quiere decir que sean en modo incautos a la hora de depositar sus datos personales en manos ajenas. Un reciente estudio emprendido a escala global por Usercentrics ha examinado cómo se aproximan las diferentes generaciones a temas como la protección de datos en las redes sociales. Y de esa investigación se colige que la Generación Z confía más en las redes sociales que en los gobiernos a la hora de gestionar sus datos personales (algo que debería preocupar a bote pronto sobremanera a las entidades gubernamentales).
El 38% de los centennials deposita su confianza en las plataformas 2.0 a la hora de cederles sus datos personales. Y esta proporción se contrae, no obstante, hasta el 37% en el caso de las instituciones gubernamentales.
Entre los «baby boomers» se observa, por el contrario, una tendencia opuesta. Mientras el 71% de los consumidores adscritos a esta generación se fía de las instituciones gubernamentales a la hora de hacer uso de sus datos personales, solo el 4% considera a las redes sociales dignas de confianza.
Conviene asimismo hacer notar que el 46% de los consumidores de todas las edades admite aceptar todas las «cookies» en la red de redes con menos frecuencia de lo que hacía otrora, de acuerdo con el estudio de Usercentrics.
Los «centennials» están más prestos que los «baby boomers» a la hora de compartir sus datos personales (sin perder la cautela)
Para los más jóvenes el hecho de compartir datos con terceros es contemplado sobre todo y ante todo como una transacción de naturaleza práctica. El 41% de la Generación Z considera que la conveniencia desde el punto de vista puramente práctico tiene más peso a la hora de compartir sus datos personales que las eventuales preocupaciones directamente emparentadas con la privacidad. Este porcentaje se reduce, no obstante, a solo un 29% en el caso de los «baby boomers».
En esta misma línea, mientras el 74% de los «baby boomers» se lamentan de ser meramente productos a ojos de la mayor parte de las plataformas online, solo el 51% de los centennials da voz a idéntico lamento.
La apertura de la que hace gala la Generación Z a la hora de compartir sus datos personales con terceros se topa en todo caso con una serie de límites. Y la transparencia, la seguridad y la claridad son contempladas como vitales por todas las generaciones a la hora de avenirse a compartir sus datos con terceros.
Hay, por otra parte, diferencias más que flagrantes entre generaciones a la hora de definir lo que se entiende por el concepto de «datos sensibles». Para los «baby boomers» son datos sensibles los números de teléfono, las claves de acceso y los historiales médicos. En cambio, la Generación Z considera más sensible la información relativa a su identidad de género, los productos que arroja en el carrito de la compra y sus interacciones con los asistentes de IA.
La entrada en escena de la IA está acelerando, por otra parte, la necesidad de implementar políticas tan claras como preñadas de ética a la hora de gestionar los datos personales. Y aun cuando la Generación Z (21%) está de nuevo más predispuesta que los «baby boomers» (11%) a la hora de compartir sus datos personales para que estos se utilicen en el entrenamiento de modelos de IA, el 57% de los consumidores de todos los grupos de edad confiesa su incomodidad cuando sus datos personales se utilizan para este menester.
De manera similar, el 49% de los consumidores confía menos en la IA que en los seres humanos de carne y hueso a la hora de hacer uso de sus datos personales.































