Si Perplexity echara el lazo a Google Chrome, los grandes damnificados serían los «publishers», que han sido ya fuertemente zarandeados con la irrupción de la IA.
El año pasado el juez estadounidense Amit Mehta dictaminó que Google incurría en prácticas monopolísticas en el ámbito de las búsquedas en la red de redes. Y se espera que ese mismo magistrado se pronuncie próximamente sobre las sanciones impuestas a la compañía de Mountain View para dinamitar su monopolio en este segmento de actividad. El Gobierno estadounidense aboga por la fragmentación del gigante de internet para echar abajo su monopolio en el mercado de las búsquedas. Y ante la posibilidad de que Google pueda verse obligado por la justicia a desmembrar su emporio y desprenderse de algunas de sus filiales, el buscador propulsado por IA Perplexity efectuó hace unos días una oferta formal por el navegador Chrome.
La startup estadounidense ha puesto sobre la mesa una oferta de 34.500 millones de dólares para hacerse con el control de Google Chrome. Se trata de una oferta inusitadamente elevada, máxime si tenemos en cuenta que Perplexity tiene una valoración de apenas 18.000 millones de dólares. Para reunir el dinero vinculado a su oferta por Google Chrome, Perplexity se habría asegurado el apoyo de varios inversores y de grandes empresas de capital de riesgo.
Conviene en todo caso hacer notar que, si Chrome se pusiera efectivamente la venta, Perplexity no sería la única empresa que se postulara como nueva propietaria del navegador. En la eventual adquisición de la subsidiaria de Google estarían igualmente interesados OpenAI, Yahoo y la empresa de inversiones Apollo Global Management.
¿Qué gana Perplexity con la adquisición de Chrome?
Chrome cuenta actualmente con alrededor de 3.500 millones de usuarios en todo el mundo y disfruta de una cuota de casi el 67% en el mercado global de los navegadores. Comprando Chrome, Perplexity detentaría, por ende, el control del navegador más utilizado a lo largo y ancho del globo. Esta adquisición convertiría asimismo a la compañía estadounidense en dueña y señora de las «cookies», esenciales para la personalización de los búsquedas y la publicidad que se abre paso en la red de redes.
Por su parte, para Google una eventual venta de Chrome sería indudablemente un importante varapalo, pues ello podría dañar eventualmente a su negocio publicitario, que podría terminar devaluándose. Con la adquisición de Chrome por parte de Perplexity, perdería, no obstante, no solo Google sino también Amazon, a quien esta transacción podría dañar asimismo a largo plazo. Perplexity tiene, al fin y al cabo, la intención de integrar funciones de «shopping» en su buscador.
Una posible compra de Chrome por parte de Perplexity laceraría sin duda a Google, pero no tanto como para dejar inerme a la empresa liderada por Sundar Pichai. «El poder de mercado de Google no depende de Chrome», enfatiza el experto digital Matthias Schrader en declaraciones a Horizont. El éxito de Google es deudor sobre todo y ante todo de las búsquedas, de YouTube, de Gemini, de la tecnología «ad tech», de la nube y de las apps, asegura Schrader.
También a otro experto en economía digital, Christian Bachem, le resulta difícil imaginar que Perplexity esté realmente en posición de redefinir el equilibrio de poder en el ramo tecnológico con la compra de Chrome. Y aun cuando el acceso a los 3.500 millones de usuarios que utilizan el famoso navegador otorgaría a Perplexity una importante ventaja competitiva, no daría a la startup tanto poder como para mirar de tú a tú a Google y otros titanes tecnológicos, dice Bachem. En este sentido, aun cuando Perplexity lograra echar el lazo a Chrome, su poder de mercado seguiría siendo de naturaleza limitada. Y a quienes más afectaría en todo caso esta adquisición sería a rivales director de Perplexity como OpenAI y Anthropic.
Los «publishers» saldrían muy mal parados con una eventual adquisición de Chrome por parte de Perplexity
Así y todo, parece que quienes resultarán más damnificados con la transacción podrían ser los «publishers», que han sido ya fuertemente zarandeados con la irrupción de la IA. «Google genera cada vez menos tráfico para las webs de los ‘publishers’. Y la IA no se traduce virtualmente en ningún tráfico para los medios, por lo que Google sigue siendo la mejor opción entre alternativas que son todas igualmente malas», advierte Schrader.
La sombría opinión de Schrader la comparte también Bochem. «Perplexity se ha esforzado muy poco en parecer un salvador para los ‘publishers’», señala el experto. Hace poco emergió, no en vano, a la superficie que las arañas de Perplexity sortearían deliberadamente los bloqueos de las webs de los «publishers» para hurtarles así su contenido, razón por la cual la startup sería «más un mal presagio que un mesías».
El experto legal Thomas Höppner, insiste, por otra parte, en que la adquisición de Chrome por parte de Perplexity «sería el peor resultado posible de las sanciones contra Google en Estados Unidos» (desde el punto de los «publishers» al menos). «Perplexity pisotea los intereses de los ‘publishers’ aún más que Google», subraya Höppner en declaraciones a Horizont.
Según Höppner, con Perplexity a los mandos de Google Chrome los «publishers» recibirían aún menos tráfico y no percibirían tampoco ningún tipo de remuneración por sus contenidos. El experto augura que los medios de comunicación podrían terminar convirtiéndose en «proveedores invisibles y no remunerados de contenidos» para Perplexity, cuyo modelo de negocio es «un callejón sin salida» para los «publishers».































