Con “Sabores Eternos”, Teka demuestra cómo la emoción, la memoria y la creatividad pueden convertirse en una palanca estratégica para construir marca más allá del producto.
En un momento en el que las marcas buscan ir más allá del producto para construir significado, Teka apuesta por la emoción como eje estratégico de su comunicación. Con “Sabores Eternos”, la compañía reivindica la cocina como un espacio donde se cruzan recuerdos, vínculos y experiencias compartidas, y donde un sabor puede convertirse en el detonante de historias universales capaces de conectar culturas y generaciones.
Al frente de esta visión está Fran López, Head of Marketing de MIDEA Group, responsable de liderar la estrategia global de marca y de impulsar campañas que refuercen el valor emocional de Teka sin renunciar a la innovación, el diseño y la fiabilidad tecnológica. En esta entrevista, López desgrana las claves creativas y estratégicas de una campaña pensada para construir brand equity desde la autenticidad y el propósito.
¿Cuál era el objetivo principal de “Sabores Eternos” y qué buscaba Teka al reivindicar el vínculo entre cocina, emoción y recuerdos?
El mensaje esencial de “Sabores Eternos” es que un sabor puede transportarnos a quienes fuimos y a quienes amamos, posicionando a Teka en un territorio más humano: la marca ya no solo equipa la cocina, sino que también facilita los momentos que permanecen en la memoria.
“Sabores Eternos” nace con una ambición claramente estratégica: consolidar el posicionamiento de Teka como marca que acompaña los grandes momentos de la vida en la cocina, no solo desde la funcionalidad del producto, sino desde su capacidad para conectar con las historias personales de los consumidores. La campaña reivindica el poder de la cocina como lugar donde convergen memoria, emoción y vínculo humano; un territorio que, para Teka, tiene una profundidad simbólica extraordinaria.
El principal objetivo de la campaña es fortalecer la conexión emocional con el consumidor, un eje clave para la construcción del Brand equity de la marca, especialmente en un momento donde el consumidor demanda autenticidad y marcas con propósito. De manera simultánea, la campaña contribuye a incrementar notoriedad, reforzar atributos diferenciales como la innovación, el diseño, e impulsar tanto el recuerdo publicitario como las ventas en un periodo altamente competitivo.
La campaña se basa en historias reales de tres países. ¿Cómo identificasteis un insight universal capaz de resonar a nivel global?
“Sabores Eternos” no cuenta historias sobre comida: cuenta historias a través de la comida. La cocina se convierte así en un lenguaje común que permite hablar de identidad, familia, pertenencia y memoria.
La elección del insight partió de una observación profunda sobre el comportamiento humano: los sabores funcionan como puertas emocionales hacia nuestras vivencias más íntimas. Es una verdad transversal a todas las culturas, generaciones y estilos de vida, y precisamente por ello se convirtió en el punto de partida perfecto para una campaña global.
Durante los pre-tests cualitativos realizados en España y Portugal quedó claro que esta verdad emocional funciona con una naturalidad sorprendente. Personas de distintos orígenes, edades y experiencias reconocieron que un sabor puede actuar como un puente inmediato hacia un recuerdo poderoso. Esta coincidencia emocional, independientemente del país o del contexto cultural, confirmó que estábamos ante un insight universal sólido para construir la narrativa global de marca.
¿Cuál fue el mayor reto de desarrollar una campaña global que debía conectar con culturas y emociones diferentes?
El principal desafío consistió en diseñar una narrativa que funcionara globalmente sin perder autenticidad local. Cuando se trabaja con emociones profundas, cada cultura las expresa de forma distinta, y era esencial respetar estas particularidades sin comprometer la coherencia conceptual ni visual de la campaña.
Se trabajó para que la estética, el tono y la estructura narrativa fueran consistentes en todos los mercados, garantizando que cada historia mantuviera intacta la esencia del insight. Los pre-tests ayudaron a afinar aspectos críticos como el ritmo de la narrativa o la voz en off, demostrando que incluso pequeños ajustes pueden marcar la diferencia cuando se aspira a construir un mensaje emocional global.
El reto no fue simplemente contar tres historias, sino lograr que cada historia fuese local y universal al mismo tiempo, reforzando el posicionamiento global de Teka.
“Sabores Eternos” combina tradición emocional con un lenguaje visual contemporáneo. ¿Cómo equilibrasteis la nostalgia con la modernidad del diseño y la fiabilidad de los electrodomésticos Teka?
La campaña articula una dualidad estratégica: la fuerza emotiva de las tradiciones familiares se encuentra con el diseño contemporáneo y la fiabilidad tecnológica de Teka. Este equilibrio responde directamente al posicionamiento deseado para la marca: una compañía con historia, pero que mira decididamente al futuro.
La nostalgia aparece como elemento narrativo, evocando los lazos familiares y la memoria culinaria. Pero la ejecución visual, la línea estética limpia, cocinas reales con productos Teka integrados con naturalidad, proyecta innovación, diseño y modernidad.
El resultado es un universo emocional y visual donde tradición y contemporaneidad conviven con armonía, fortaleciendo el reposicionamiento de Teka como marca de valor emocional y excelencia técnica.
¿Cómo se localizaron las historias de México, Portugal y España y qué aprendisteis de las diferencias culturales durante el rodaje?
La selección de las historias fue un proceso en el que buscábamos algo más profundo que simples anécdotas personales: necesitábamos relatos auténticos capaces de revelar cómo la cocina actúa como un territorio emocional universal. Partimos de una búsqueda de testimonios reales en tres países estratégicos para la marca —México, Portugal y España— identificando personas cuyas experiencias estuvieran íntimamente ligadas a un sabor, un aroma o una receta familiar que funcionara como detonante de un recuerdo significativo. Cada historia tenía que ser verdadera, emocionalmente potente y, al mismo tiempo, tan cotidiana que cualquier espectador pudiera reconocerse en ella.
Durante el rodaje aprendimos que, aunque la relación emocional con la cocina es global, su expresión cultural varía de manera fascinante y pese a estas diferencias, en todos los casos, un sabor tiene la capacidad de convertirse en un puente emocional. Las particularidades culturales enriquecieron la narrativa, pero la base emocional era la misma: la cocina como lugar donde convergen identidad, memoria y vínculo humano.
Teka lleva años apostando por campañas con un fuerte componente creativo. ¿Por qué es tan estratégica la creatividad para la marca en el contexto actual?
La creatividad es hoy uno de los activos estratégicos más relevantes para Teka porque permite trascender la comunicación funcional y construir un territorio emocional propio, diferencial y sostenible. En un mercado donde los productos se perciben cada vez más similares, las marcas deben ganar relevancia desde el significado, y no solo desde la innovación técnica.
“Sabores Eternos” responde exactamente a esta ambición: es una campaña que fortalece el brand equity, construye narrativa de marca, genera conversación y sitúa a Teka en el imaginario colectivo como una marca cercana, humana y auténtica.
Llevas más de 25 años en la industria. ¿Qué aprendizajes de tu trayectoria se reflejan en esta campaña y en tu forma de liderar la estrategia de marketing global?
La campaña refleja una convicción consolidada tras décadas en el sector: las marcas que perduran son las que conectan con las personas desde verdades profundas y relevantes.
Después de más de 25 años de experiencia, he confirmado que la clave está en rodearte de un gran equipo — tanto interno como de partners externos—, escuchar de verdad al consumidor y confiar en tu intuición profesional – aunque a veces los estudios digan lo contrario. Todo para mantenerte relevante para tu target, diferenciarte con valentía (pero con riesgos controlados) y construir tu propio camino desde la autenticidad.
Teka vuelve a confiar en El Ruso de Rocky. ¿Cómo describirías la dinámica de trabajo entre vuestro equipo global y la agencia para dar vida a una campaña tan emocional y cohesionada?
La relación con El Ruso de Rocky se ha basado en una profunda alineación estratégica y en una sensibilidad compartida hacia el tipo de narrativa que Teka quiere construir. La agencia entendió desde el inicio que “Sabores Eternos” no era una campaña publicitaria más, sino una pieza clave para articular el posicionamiento emocional global de la marca.
El resultado refleja un trabajo conjunto donde la agencia aporta visión creativa y capacidad expresiva, mientras el equipo global de Teka garantiza dirección estratégica y consistencia internacional. La agencia supo trasladar el insight emocional a un lenguaje visual moderno, cuidado y perfectamente alineado con la identidad de marca.
Es una colaboración que demuestra que cuando la creatividad se construye sobre un propósito claro, la marca avanza en cohesión, relevancia y profundidad.






























