“La tecnología no sustituye la emoción, la amplifica”: Huinca Cine reivindica una nueva forma de contar historias más humana y auténtica.
La narrativa publicitaria vive un momento de reinvención en el que emoción, tecnología y comunidad se entrelazan para construir universos vivos que el público no solo consume, sino que hace suyos. Desde Huinca Cine, productora referente en la creación audiovisual para marcas, su equipo reivindica una nueva forma de contar: más humana, inmersiva y emocional, incluso en tiempos de inteligencia artificial. En esta conversación, Diego Capria, Director General de Huinca Cine reflexiona sobre cómo mantener la autenticidad en la era del contenido instantáneo, cómo convertir espectadores en embajadores y por qué la IA, bien usada, puede amplificar —no sustituir— la emoción.
Hoy las marcas ya no cuentan historias, las habitan. ¿Qué señales os hacen detectar cuándo un anuncio se ha quedado corto y necesita convertirse en un ecosistema narrativo?
Cuando una historia no logra sostenerse más allá del impacto inmediato del anuncio, cuando no genera conversación ni se adapta de forma orgánica a otros formatos o plataformas, es señal de que necesita evolucionar.
Hoy las audiencias viven entre pantallas, comunidades digitales y experiencias físicas y esperan que las marcas las acompañen en ese recorrido. Si la historia no tiene ramificaciones naturales hacia esos territorios, si no puede expandirse o ser reinterpretado por el público, puede ser una clara señal de que el anuncio se ha quedado corto. Es ahí donde el reto pasa de producir una pieza aislada a diseñar un universo vivo que las personas quieran habitar.
Crear una narrativa transmedia no es copiar mensajes en diferentes canales, sino sumar capas de sentido. ¿Cómo se construye comunidad a partir de un relato audiovisual? ¿Qué convierte a un espectador en fan, y a un fan en embajador de marca?
La comunidad se construye cuando cada pieza de contenido aporta algo nuevo, cuando cada canal abre una puerta distinta al mismo universo narrativo. Como dices, no se trata de repetir, sino de sumar capas de sentido. Un espectador se convierte en fan cuando siente que la marca le habla en su propio lenguaje y se convierte en embajador cuando encuentra en esa historia un reflejo de sus valores o aspiraciones. La clave está en la coherencia y en la capacidad de cada contenido de generar conexión emocional y sentido de pertenencia.
En un contexto tan fragmentado, ¿cuál sigue siendo el papel de la emoción? ¿Cómo se traduce ese intangible en métricas o resultados de negocio?
La emoción es el pulso que late bajo cada historia y hace que siga resonando mucho después de que termine. Es lo que hace que sea compartida o incluso reinterpretada por la audiencia. Las métricas cambian, pero lo que medimos en el fondo es lo mismo: recuerdo, afinidad y tiempo de atención. Cuando una narrativa logra emocionar, los resultados se reflejan en una comunidad más activa, en un mayor engagement y en una relación más duradera con la marca.
Con la irrupción de la inteligencia artificial, muchos temen que la emoción desaparezca. ¿Dónde está el punto de encuentro entre la eficiencia tecnológica y la sensibilidad humana en la creación audiovisual?
La tecnología no sustituye la emoción, la amplifica si se usa con criterio. La IA permite generar contenido ágil y adaptado al ritmo del ecosistema digital, pero el corazón de la historia sigue siendo humano. En Huinca consideramos la IA como una herramienta al servicio del craft y la creatividad, no como un fin en sí misma. Debe utilizarse de manera inteligente, hay historias que no necesitan utilizar la IA, pero en algunas puede elevar el mensaje, potenciar su alcance o su capacidad de conectar con nuevas audiencias.
Con Win-K AI, vuestra unidad especializada en snack content con IA, habéis demostrado que la tecnología puede ser un catalizador creativo. ¿Qué aprendizajes os ha dejado integrar IA en el proceso narrativo sin perder la autenticidad?
Nos ha enseñado que la IA no está reñida con la emoción, sino que puede ser una aliada para expandirla. Con Win-K AI hemos comprobado que es posible generar piezas ágiles, coherentes con la narrativa global y adaptadas a los nuevos formatos sin renunciar al lenguaje ni a la sensibilidad de la marca. El aprendizaje principal ha sido entender que la tecnología debe integrarse desde la estrategia narrativa, no al final del proceso. Solo así mantiene coherencia y autenticidad.
En un entorno dominado por el consumo rápido, ¿cómo se puede mantener la calidad narrativa sin sacrificar la inmediatez que exigen las redes?
La clave está en el equilibrio entre velocidad y propósito. No se trata de producir más, sino de producir mejor. Cuando el universo narrativo está bien definido, cada pieza, por breve que sea, forma parte de un todo coherente. En ese marco, la inmediatez no está reñida con la calidad, sino que se convierte en una oportunidad para reforzar la historia y mantenerla viva en la mente de la audiencia.
Si en los próximos cinco años Huinca Cine pudiera reinventar la forma en la que las marcas cuentan historias, ¿cómo sería esa nueva narrativa? ¿Qué lugar ocuparía el espectador dentro de ella?
En los próximos cinco años imaginamos una narrativa publicitaria donde la tecnología, lejos de reemplazar la emoción, se pone al servicio de ella. Como Casa Productora creemos que la forma de contar historias evolucionará hacia experiencias más inmersivas, interactivas y personalizadas, pero el centro seguirá siendo el mismo: generar una conexión genuina entre las marcas y las personas. En Huinca Cine trabajamos con la convicción de que las historias que perduran son las que logran emocionar, de esto no tenemos ninguna duda. La inteligencia artificial nos permite hoy explorar nuevas formas de expresión —acortar tiempos, ampliar escenarios, visualizar ideas antes de filmarlas—, pero el alma sigue estando en la mirada humana: en el director, en la sensibilidad del equipo, en la intuición para entender qué nos conmueve. En esa nueva narrativa, el espectador deja de ser un receptor pasivo para transformarse en parte activa del relato. Su participación, sus elecciones y su contexto moldean el contenido en tiempo real. Nuestro desafío como Casa Productora será seguir creando universos donde la tecnología amplifique la emoción y la creatividad, sin reemplazar lo que hace únicas a las historias: su capacidad de tocarnos.































