El turismo recuperó en 2024 el peso que tenía en la economía española antes del estallido de la pandemia. La actividad turística aportó el 12,6% del producto interior bruto (PIB) durante el pasado ejercicio, igualando el nivel registrado en 2019, último ejercicio completo antes de la crisis sanitaria. En términos económicos, esta contribución se tradujo en 200.699 millones de euros, lo que supone un incremento de dos décimas respecto a 2023, cuando el sector representó el 12,4% del PIB nacional, según la Cuenta Satélite del Turismo de España publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La comparación con los años anteriores permite dimensionar con claridad el impacto de la pandemia y la posterior recuperación del sector. Tras alcanzar en 2019 su mejor registro histórico, con una aportación superior a los 157.300 millones de euros, la irrupción de la covid-19 provocó un desplome sin precedentes de la actividad. En 2020, el sector quedó prácticamente paralizado durante varios meses —con registros de actividad nulos en abril y mayo— y su contribución al PIB se hundió. Un año después, en 2021, todavía marcado por las restricciones a la movilidad y la lenta reapertura de los mercados internacionales, el peso del turismo en la economía se situó en el 7,8%, uno de los niveles más bajos de la serie histórica.

A partir de 2022, con la normalización progresiva de los viajes, el sector inició una recuperación sostenida. Su aportación al PIB repuntó hasta el 12,1% ese año, avanzó al 12,4% en 2023 y culminó en 2024 con el 12,6%, una proporción idéntica a la registrada antes de la pandemia. De este modo, cinco años después del estallido de la crisis sanitaria, el turismo cierra un ciclo de recuperación que lo devuelve a su posición estructural dentro de la economía española y consolida su papel como uno de sus principales motores. Como la economía ha crecido desde entonces, en términos absolutos los más de 200.000 millones que aportó suponen un récord.

El avance se explica porque la actividad turística ha crecido a un ritmo superior al del conjunto de la economía. En 2024, la demanda final asociada al turismo —que mide el gasto directo realizado por los visitantes en bienes y servicios como transporte, alojamiento, restauración u ocio— aumentó un 8,2%, frente al crecimiento del 6,4% registrado por ese mismo componente del PIB nacional. En la práctica, esto significa que el gasto vinculado a los viajes creció con más fuerza que el resto de la economía, impulsando el crecimiento general.

Además, el INE refleja que este crecimiento ha venido acompañado de una mejora en términos de productividad. La comparación entre la evolución del PIB turístico y el empleo muestra que el sector está creciendo por encima de la media española sin un aumento proporcional del número de trabajadores, lo que apunta a una mayor generación de valor añadido por empleado. Este patrón, según subraya el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, Óscar Perelli, “evidencia que el crecimiento del turismo responde a factores estructurales positivos y no únicamente a un aumento del volumen de actividad”.

Perelli apunta, además, a que el impacto real del turismo podría ser incluso mayor del que reflejan las cifras actuales. En su opinión, si el INE armonizara los cálculos y aplicara de forma homogénea los criterios metodológicos vigentes desde 2022 a toda la serie histórica, la contribución del turismo al PIB ya estaría por encima de los niveles de 2019 en términos comparables, situándose en máximos históricos. Desde Exceltur reclaman, además, una mayor celeridad en la publicación de los datos —que actualmente se difunden con cerca de un año de decalaje— y una armonización completa de la estadística. Con esta base, las previsiones del sector apuntan a que la aportación del turismo podría alcanzar el 13,1% del PIB en 2025.

Protagonismo extranjero

Dentro del análisis del gasto turístico, el protagonismo correspondió de nuevo al turismo internacional. El consumo realizado por los visitantes extranjeros concentró en 2024 el 55,6% del total del consumo turístico interior, 1,2 puntos porcentuales más que en 2023. Desde el inicio de la recuperación poscovid en 2021, esta aportación ha aumentado en 15,4 puntos, reflejando el creciente peso del turismo receptor en la actividad del sector.

Este mayor protagonismo del turismo internacional se apoya en cifras récord. En 2024, España recibió 93,76 millones de turistas extranjeros, un 10% más que el año anterior. El gasto asociado a estos visitantes ascendió a 126.143 millones de euros, una cifra que previsiblemente se superará en 2025, dado que hasta octubre ya se habían acumulado 118.600 millones. A ello se suma el fuerte aumento del gasto medio diario por persona, que ha pasado de unos 140 euros en 2019 a cerca de 200 euros en lo que va de este año.

El sector atribuye este incremento tanto a la subida generalizada de los precios como a un cambio en el perfil del visitante y en la oferta turística. Por un lado, el encarecimiento de los servicios turísticos ha estado marcado por el repunte de la inflación tras la pandemia. Por otro, se ha producido un reposicionamiento de la oferta, con una clara apuesta por productos de mayor valor añadido, especialmente en el segmento hotelero, donde han ganado peso los establecimientos de cuatro y cinco estrellas y los turistas procedentes de mercados de mayor poder adquisitivo, como Estados Unidos, Asia u Oriente Medio. Perelli recuerda, además, cómo han ganado protagonismo a nivel social las experiencias de mayor valor añadido, que sitúan al turismo en una situación de ventaja frente a sectores más centrados en los bienes materiales.

La recuperación del peso del turismo en el PIB también tuvo un reflejo directo en el mercado laboral. En 2024, la ocupación en las ramas económicas características del sector alcanzó los 2,78 millones de empleos, el 12,3% del total de la economía española, una décima más que el año anterior. Tras el desplome provocado por la pandemia —cuando el empleo turístico cayó en casi un millón de puestos hasta cerrar 2020 en 1,74 millones de trabajadores—, el sector no solo ha recuperado el terreno perdido, sino que ha superado los niveles de 2019, cuando daba trabajo a unos 2,67 millones de personas.



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