De acuerdo con un reciente estudio de Ad-Shield, la proporción de «tráfico oscuro» se ha disparado hasta el 49% en el transcurso de los últimos tres años.
Aun cuando los «ad blockers» no copan tantos titulares como solían hacerlo hace unos años, lo cierto es que el problema planteado por esta tecnología no se ha evaporado ni mucho menos y continúa haciendo estragos en la red de redes. De acuerdo con un reciente estudio emprendido a escala global por Ad-Shield, la proporción de tráfico que no puede ser medido (y por ende, tampoco monetizado con fines publicitarios por los «publishers») se ha disparado hasta el 49% en el transcurso de los últimos tres años.
Detrás de tan abultada cifra está una nueva generación mucho más robusta de «ad blockers», que a diferencia de a diferencia de la primera generación de «ad blockers» (Adblock Plus, por ejemplo), bloquean automáticamente la publicidad que forma parte de «whitelists», las analíticas online e incluso también los «paywalls» de los “publishers”.
El informe llevado a cabo por Ad-Shield, que analiza el impacto del denominado «tráfico oscuro», identificó a nada más y nada menos que 976 millones de internautas que no pueden ser alcanzados por los «publishers» con sus anuncios (y que no son susceptibles, por lo tanto de ser monetizados). Esos 976 millones de internautas identificados por Ad-Shield representan el 18% de todo el tráfico en la red de redes (y constituyen a la postre «tráfico oscuro»).
Muchos usuarios ni siquiera son conscientes de estar dando alas al «tráfico oscuro»
«Los resultados emanados de nuestra investigación ponen en tela de juicio las asunciones previamente manejadas sobre los mecanismos por los que se rige el ‘tráfico oscuro’, que está más generalizado de los que pensábamos. Además, la mayor parte de los usuarios que dan alas a ese ‘tráfico oscuro’ ni siquiera son conscientes de estar bloqueando anuncios en internet y desconocen que están privando del necesario soporte financiero al contenido que consumen habitualmente», explica Dustin Cha, coCEO de Ad-Shield.
En el análisis emprendido por Ad-Shield la publicidad anclada en el denominado «tráfico oscuro» fue bloqueada en el 100% de los casos (también cuando la publicidad era de naturaleza aceptable). Por su parte, Google Analytics se topó asimismo con el bloqueo en el 62% de los casos, los «ad block walls» fueron sitiados en el 51% de los casos y los banners de «cookies» en el 26% de los casos.
Conviene además hacer notar que solo el 43% del «tráfico oscuro» es atribuible a usuarios que han elegido de manera conscientes utilizar “ad blockers”. El 57% echa anclas en acciones de las que los internautas ni siquiera son conscientes (como el software de seguridad instalado en los ordenadores de empresa o en las redes Wi-Fi). El «ad blocking» que se produce amparándose en la conexión a la red de redes constituye el 38% del «tráfico oscuro» (el equivalente a 371 millones de usuarios).»
«El ‘trafico oscuro’ es una verdad incómoda en la red abierta», advierte Cha. «Ha
estado creciendo casi en secreto desde hace años, pero nadie expone la verdad o hace nada al respecto. Actualmente el ‘tráfico oscuro’ crece incluso más rápido que antes y ha alcanzado cotas que amenazan eventualmente el modelo de negocio de los ‘publishers’», advierte.































