
El Ministerio de Agricultura ha anunciado este viernes la creación de un comité científico del brote de peste porcina africana (PPA), después de que hace una semana se detectaran los primeros positivos en Cerdanyola del Vallés (Barcelona). El nuevo órgano dará seguimiento de la evolución de la enfermedad —de momento, 13 jabalíes silvestres han dado positivo, pero no se han registrado contagios en granjas— y de las posibles medidas para controlar y erradicar el virus. El anuncio llega pocas horas antes de que el departamento dirigido por Luis Planas se reúna con las cooperativas del sector, que acuden al encuentro pidiendo un mayor control de la fauna silvestre y ayudas ante un evento que supone un antes y un después para España.
El comité estará operativo mientras continúe el brote, presidido por la secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, Ana Rodríguez Castaño. Además, contará con una representación de la comunidad científica en el ámbito veterinario y ganadero, y con la posibilidad de invitar a otros expertos en materias concretas y a representantes sectoriales, según detalla Agricultura. El órgano se encargará de presentar un informe sobre la enfermedad, evolución y medidas a adoptar para contenerlo, y elaborará un informe final de conclusiones una vez erradicado el virus.
España llevaba 30 años libre de PPA, un virus que no tiene riesgo para los humanos —no puede contagiarse—, pero extremadamente mortal para los animales y con potencial de poner en jaque a un sector puntero para la economía nacional. España es una potencia mundial en producción de porcino, con unos 8.800 millones de euros exportados en 2024. La llegada de la enfermedad supone, de pronto, el cierre de unos 20 mercados extracomunitarios que no aceptan productos de países donde esté presente la enfermedad, un bloqueo que viene acompañado por una caída inédita en el precio de referencia del cerdo vivo en España. El balón de oxígeno llega de Europa, principal destino de las exportaciones españolas, y de China, importador número uno fuera de la UE. Ambos aplican la llamada regionalización: solo vetan cerdo procedente de la zona del brote. También el Reino Unido seguirá comprando porcino a España en virtud de un acuerdo de regionalización, pero persisten dudas sobre si los otros 22 países terceros que tienen firmados protocolos del mismo tipo llegarán realmente a aplicarlos.
“Un jabalí nos puede arruinar a todo el sector porcino de España”, resume Jaume Bernis, ganadero y responsable de porcino en Coag (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), asociación que participará en la reunión con el ministerio y pedirá la puesta en marcha de un plan nacional cinegético de la zona salvaje. Las primeras hipótesis apuntan a un bocadillo con carne contaminada como posible vía de entrada del virus, supuestamente ingerido por jabalíes que habitan el parque de Collserola en Barcelona.
Las demás grandes organizaciones, Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) y UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), igualmente convocadas a la reunión, también reclaman cambios en la gestión de la fauna salvaje. “Hay que hacer un cambio de modelo. Los jabalíes han proliferado de forma espectacular y llevamos años advirtiéndolo”, comenta un portavoz de la UPA. “No puede ser que tengamos las granjas más seguras de Europa, pero en un entorno muy hostil”.
El encuentro ha sido convocado después de que las cooperativas enviaran una carta al ministerio, en protesta por no haber sido citadas aún ante un acontecimiento que tiene en vilo al conjunto del sector —Agricultura sí se reunió con las interprofesionales el pasado lunes—. “Para nosotros la posición es clara: salvar el sector porcino”, dice Pere Roque, presidente de Asaja Cataluña. La asociación que representa ha elaborado una batería de reivindicaciones proteger la actividad de la embestida: una campaña a nivel nacional de consumo de carne porcina, el diseño de ayudas directas, líneas públicas de financiación, facilidades para que los productores puedan renegociar los préstamos con el sector financiero y un plan nacional de erradicación de jabalíes. Todo ello, sin poder calcular aún el golpe económico para el sector, pues se desconoce todavía el alcance del brote.
Coag también sugiere activar las ayudas de mercado que concede la Comisión Europea, que consisten en sacar piezas del mercado con la congelación de tostones (cochinillos) y canales para evitar que los precios se hundan aun más. En paralelo, plantea el vaciado de las granjas de Barcelona situadas en la zona cero del brote —un diámetro de 20 kilómetros desde el epicentro del contagio—, para extremar la seguridad, compensando por ello a los ganaderos. De momento, Cataluña ha anunciado la aprobación de una línea de 10 millones de euros en ayudas directas, ampliables a otros 10 millones más para los sectores económicos afectados por la PPA, y ha recordado que el Instituto Catalán de Finanzas tiene habilitados 50 millones de financiación para emergencias “climáticas y sanitarias” que se pueden solicitar.






























