El sistema de pensiones español se encuentra sometido a un gran estrés. La presión de la jubilación de los boomers, la mayor cuantía de las prestaciones de quienes ahora acceden al retiro, la escuálida natalidad española y la garantía del poder adquisitivo de las prestaciones eleva la porción de la tarta pública que se dedica a pensiones. Para campear el temporal, los sindicatos y el Ministerio de Seguridad Social acordaron la adopción de una nueva herramienta para reforzar los ingresos del sistema, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Este recargo en las cotizaciones, que despierta mucha atención de los medios de comunicación, vuelve a crecer en 2026.

El MEI de 2026 escala hasta el 0,9% de la base de cotización, un alza de una décima respecto a 2025. De esos 0,9 puntos, 0,75 corresponden a la empresa y 0,15 al trabajador, un incremento respecto al 0,67 que abona el empleador en 2025 y el 0,13 del asalariado. Aunque la mayor parte del MEI corre a cargo del empresario, hecho que critica insistentemente la patronal, también hay una porción menor que corresponde al ocupado.

La base máxima de cotización de 2025 es de 58.914 euros anuales, así que ahora el MEI detrae como máximo 76,59 euros a lo largo del año. Solo los trabajadores con salarios en ese nivel o superior, en torno a un 8% del total, aportan esa cifra. Con el incremento de la base máxima en 2026 (hasta 61.214,4 euros) y la subida de 0,02 puntos del MEI que aporta el empleado (hasta 0,15 puntos), los salarios más altos pueden llegar a agregar por este concepto 91,82 euros anuales. Así, como mucho, el MEI detraerá de las nóminas 15,23 euros adicionales al año, lo que al mes supondría 1,27 euros.

Ese cálculo parte de la base máxima de cotización, el tope para calcular las aportaciones obligatorias de trabajadores y empresas, pero la gran mayoría de los trabajadores no se encuentran en ese nivel retributivo. A partir de ese techo no se aportan más cotizaciones sociales y, en consecuencia, no se generan derechos a prestaciones superiores.

La base media de cotización en 2025 del régimen general se sitúa en 2.255 euros mensuales, lo que se traduce en 27.060 euros anuales. Ese nivel retributivo aporta al MEI en 2025 unos 35,18 euros y en 2026 serían 40,59 euros. Es un incremento anual de 5,41 euros, unos 45 céntimos de euro al mes. Estos cálculos parten de que el salario no crezca, pero si se incrementase el trabajador notaría el cambio en el MEI en una leve moderación de la subida.

El MEI repercute con más fuerza en la parte de las cotizaciones que aporta el empresario. El año que viene, los empleadores que paguen los salarios más altos abonarán en torno a 459 euros anuales, por encima de los 394,7 euros actuales. La senda crecerá hasta suponer 1,2 puntos porcentuales en 2029, de los que un punto corresponderá a la empresa y 0,2 al empleado. Esto se suma a otros montantes superiores en cotizaciones sociales.

El mecanismo, con su diseño actual, llegó al Boletín Oficial del Estado en 2023, de la mano de la reforma del sistema de pensiones que acordó el Ministerio de Seguridad Social con UGT y CC OO, rechazada por las patronales CEOE y Cepyme. Esa reforma se centró en reforzar los ingresos del sistema. El gasto en pensiones contributivas ha cerrado 2025 en 189.000 millones de euros, un 6,2% más que el año anterior.

Según la Encuesta de Estructura Salarial de 2023 que elabora el INE, en torno al 8% de los trabajadores reciben retribuciones que empaten o superen la base máxima de cotización.

Esas retribuciones tan altas también aportan otro extra para financiar el sistema, la conocida como cuota de solidaridad. Desde el 1 de enero de 2026, según estableció el Gobierno en el último Consejo de Ministros del año, este instrumento se articula así:

  • El 1,15% a la parte de la retribución comprendida entre 5.101,21 euros y 5.611,32 euros, siendo el 0,96% a cargo de la empresa y el 0,19% a cargo de la persona trabajadora.
  • El 1,25% a la parte de la retribución comprendida entre 5.611,33 euros y 7.651,80 euros, siendo el 1,04% a cargo de la empresa y el 0,21% a cargo de la persona trabajadora.
  • El 1,46% a la parte de la retribución que supere los 7.651,80 euros, siendo el 1,22% a cargo de la empresa y el 0,24% a cargo de la persona trabajadora.

Defensa del Gobierno

El Ministerio de Seguridad Social, consultado por este periódico recientemente sobre el MEI, defendió la necesidad este instrumento: “El Mecanismo de Equidad Intergeneracional aborda el impacto de los cambios demográficos en las próximas décadas, asegurando la sostenibilidad del sistema de pensiones, a la vez que garantiza la equidad intergeneracional y la suficiencia de las pensiones actuales y futuras”.

El Gobierno recuerda que esta normativa no ha sufrido cambio alguno desde 2023 y que el importe que se descuenta por este concepto en la nómina del trabajador depende de la base de cotización. “La sustitución del factor de sostenibilidad por el actual MEI asegura la equidad intergeneracional, beneficiando más a los trabajadores jóvenes que, en caso de que se hubiera aplicado el factor de sostenibilidad, habrían visto sus pensiones reducidas de forma drástica”, agrega la Seguridad Social.

El ministerio se enfrenta a un aluvión de críticas por este aumento de las cotizaciones, que rechazan con fiereza las asociaciones empresariales por el aumento de los costes laborales que implica. A la vez, distintas voces ponen en cuestión el creciente gasto en pensiones de España y la mayor necesidad del sistema de transferencias (fondos que no provienen de cotizaciones). Según las proyecciones de la Comisión Europea, España será el país de la OCDE que mayor proporción de su PIB dedique a pagar pensiones en 2050, un 16,8%.



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