
Amancio Ortega, las hermanas Koplowitz o los Del Pino cuentan con grupos familiares a través de los que gestionan sus fortunas. Son los denominados family offices, que no dependen de ningún banco y están gestionados por profesionales contratados ex profeso. Las entidades especializadas en grandes patrimonios disponen de unidades con la misma misión que las de las familias mencionadas aunque estas asesoren a varios clientes. En esta liga compite la entidad de origen andorrano Creand, que a inicios de 2022 se hizo con el negocio de multifamily office de GBS Finanzas. Desde entonces, su patrimonio crece un 40% y se acerca a los 1.000 millones de euros.
Santiago Hagerman, el director de esta área de negocio del banco especializado en grandes patrimonios con sede en Andorra, explica que asesora a unos 120 clientes, mayoritariamente familias, con patrimonios que oscilan entre los cinco y los 100 millones de euros. El directivo, al frente de esta unidad desde su creación por GBS en 2003 y que ha trabajado para firmas como Salomon Brothers, Goldman Sachs o Guggenheim Partners –que tiene su germen en el negocio de la familia conocida hoy por su patrimonio artístico y sus museos–, destaca que la independencia es su gran valor añadido.
“Hablamos con todos los bancos y gestoras, podemos ofrecer productos, incluidos créditos, de casi cualquier entidad nacional o internacional. No tenemos conflictos de intereses y tenemos capacidad para crear todo tipo de vehículos a petición del cliente”, explica Hagerman en una entrevista con Cinco Días. Otra ventaja radica en el elevado volumen que mueve y que le permite negociar comisiones más atractivas que las que obtendría un cliente por sí solo.
La integración del family office en la entidad andorrana, que gestiona o asesora unos 6.300 millones de euros en España, supuso ampliar los recursos de la unidad, con un equipo de 12 personas centradas en buscar oportunidades de inversión, combinadas, eso sí, con una adecuada planificación fiscal y sucesoria. A la pregunta de cuál es la rentabilidad lograda en 2025, Hagerman responde que la gran misión de la unidad es proteger el patrimonio de sus clientes y avisa de que esta depende de los diferentes tipos de carteras, habitualmente confeccionadas a medida. Si bien, añade que los rangos de rentabilidad se sitúan entre un 6% y un 7% para las carteras conservadoras, y entre un 10% y un 12% para las que atesoran más renta variable. “Las que invierten todo en Bolsa logran alrededor de un 25%”, añade.
De cara al año que está a punto de arrancar, Hagerman apuesta por las farmacéuticas a través de fondos de inversión especializados. “El sector está muy interesante, porque apenas se ha revalorizado y a las grandes compañías les están venciendo las patentes. Para crecer, están comprando pequeñas y medianas empresas que las que cuentan con los productos que se convertirán en futuras patentes”, señala.
Los fondos value, que causaron sensación en España hace años, son otra alternativa para evitar eventuales burbujas, son otra de sus apuestas. “Con estas carteras, el inversor está relativamente protegido, ya que los gestores buscan empresas de calidad a valoraciones razonables”, indica Hagerman, que añade que el elemento diferencial está en que estos fondos no se dejan llevar por modas, sino que aplican una metodología estricta que consiste en comprar a precios que mantengan potencial de revalorización.
En la caja de herramientas también aparecen los fondos con capacidad de apostar tanto por subidas como por caídas de las acciones (long-short, en la jerga). Otras fórmulas en el radar del family office de Creand son los fondos que invierten en el sector inmobiliario, centrados en crédito promotor y también en otros segmentos, como aquellos que apuestan por la transformación de oficinas en viviendas.
Las unidades de CaixaBank y el Santander
CaixaBank fue el primer gran banco en lanzar un servicio similar al que proporcionaba GBS Finanzas y ofrece ahora Creand. La entidad que dirige como consejero delegado Gonzalo Gortázar creó OpenWealth en mayo de 2022 como una filial 100% del grupo. Dedicada a prestar servicios de consultoría independiente para clientes de muy altos patrimonios –superiores a los 50 millones de euros– ha superado los objetivos previstos para el cierre de 2025 tanto en activos como en número de clientes.
A cierre de noviembre de 2025, OpenWealth contaba con 10.667 millones de euros bajo supervisión, lo que supone con un crecimiento del 37% respecto al año anterior. En cuanto a clientes, su número había crecido hasta los 60, lo que supone un alza del 26% en los últimos 12 meses. “En este caso, el objetivo establecido de 50 clientes para cierre de 2025 se superó con 15 meses de antelación, lo que reafirma la capacidad de atracción y fidelización de OpenWealth en el segmento de grandes patrimonios”, señala la firma en una nota publicada esta semana.
Por su parte, el Santander lanzó su ofensiva en este segmento el pasado mayo con Beyond Wealth, una consultora especializada en family office para patrimonios que también superen los 50 millones de euros. Al igual que OpenWealth, la entidad que preside Ana Botín la constituyó como una entidad 100% controlada por el banco pero jurídicamente separada, con el objetivo de garantizar la máxima independencia.
El Santander lanzó esta plataforma con la ambición de alcanzar un volumen de patrimonio asesorado de 10.000 millones de euros en un plazo de tres años. La firma, que a inicios de noviembre ya había logrado 950 millones, va más allá de los clientes tradicionales del Santander, extendiendo sus servicios de asesoramiento a terceros. El target principal incluye familias, family offices externos e inversores institucionales. El modelo de retribución es de tarifa plana anual, con una cuota mínima de 100.000 euros y una tarifa promedio de 150.000 euros.






























