Google redefine la búsqueda y el acceso a la información con una nueva generación de herramientas de IA que transforman cómo entendemos, consultamos y creamos contenido digital.
Google se ha puesto manos a la obra para integrar la IA dentro de sus herramientas, lo que ha generado una nueva forma de interactuar con la información para los usuarios. En el nuevo episodio del podcast Digital Talks by t2ó, abordan cómo esta tecnología está transformando radicalmente la manera en que los usuarios buscan, consumen y procesan información. Lo hacemos de la mano de Pablo Carlier, Director Data Analytics & AI Sales para EMEA South en Google, quien analiza el camino recorrido por la compañía, los desafíos de escalar estas tecnologías a nivel global y el impacto que ya están teniendo en los negocios y la productividad.
Carlier conoce este viaje desde dentro. Ingeniero de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid, y con más de 20 años de trayectoria profesional en compañías como Hewlett-Packard, Cisco y Google, ha liderado proyectos de transformación cloud y adopción de IA en organizaciones de múltiples sectores. Su testimonio resulta especialmente valioso en un momento en el que Google está acelerando la integración de IA generativa en productos clave como Search, Maps, Workspace o NotebookLM.
En el episodio, Carlier profundiza en una evolución que él mismo ha vivido en primera fila: el salto de una IA “invisible”, que operaba entre bambalinas optimizando procesos, a una IA generativa visible y protagonista, que redefine la interacción entre humanos y máquinas y abre la puerta a nuevas formas de creación, personalización y consulta de información.
La evolución de Google con la IA: de la predicción a la creatividad
El episodio arranca con una pregunta necesaria: ¿cómo ha vivido un profesional dentro de Google la incorporación de la IA en la compañía, especialmente ahora que la conversación pública está más viva que nunca? Carlier no duda en describir este proceso como un viaje “asombroso”, que ya se anticipaba cuando él llegó ocho años atrás. “La primera presentación que vi cuando entré en Google fue precisamente la de nuestro consejero delegado Sundar, hablando de que la Inteligencia Artificial iba a suponer un salto cualitativo mayor que el de la electricidad o el del fuego”.
En aquel momento, confiesa, esa afirmación parecía exagerada. Pero la realidad ha terminado confirmándola. La IA llevaba años integrada en productos que millones de personas usaban sin ser conscientes: desde la predicción de palabras en el buscador hasta el reconocimiento de imágenes en Google Photos o la optimización de rutas en Maps.
La diferencia es que ahora ha cambiado el tipo de IA y, sobre todo, la forma en que se relaciona con el usuario. “Hemos pasado de unos casos de uso cerrados a algo totalmente democratizado que abre posibilidades a cualquiera. Ese es el gran salto: hemos pasado del análisis a empezar a crear… soluciones nuevas, mucho más creativas”.
Esta democratización ha multiplicado el impacto de la IA tanto en la sociedad como en el ámbito empresarial. Según Carlier, una persona que domina un sector puede ahora tener un impacto “cien veces mayor”, al tener herramientas capaces de amplificar su capacidad analítica y creativa.
Google I/O y la nueva ola de productos con IA generativa
En los últimos meses, Google ha hecho anuncios clave en su evento Google I/O que reflejan este nuevo enfoque: ya no se trata solo de automatizar o predecir, sino de generar experiencias completas que entienden el contexto del usuario y responden con soluciones hechas a medida.
Entre estas experiencias destacan funciones como AI Overview en Search o las capacidades avanzadas de generación multimedia. “Lo que vimos en el Google I/O es una combinación de muchas de esas cosas. Antes la IA trabajaba entre bambalinas… ahora vimos modelos capaces de representar el mundo de forma absolutamente perfecta y hacer un vídeo con física ultra realista… Eso muestra un conocimiento muy grande del mundo tridimensional”.
La implicación es enorme: estos avances permiten crear contenido y soluciones multimodales que dejan atrás la pantalla. La IA puede empezar a intervenir en procesos físicos, productivos y operacionales del mundo real.
Sin embargo, Carlier aclara que, pese al avance, seguimos en una fase temprana: «Sigo pensando que estamos todavía en algunos de los casos de uso más incipientes…». Es una reflexión fundamental: lo que hoy parece revolucionario será, en unos años, la base de la siguiente generación de productos.
El reto invisible: crear IA para miles de millones de usuarios
Pero detrás del brillo tecnológico, hay un desafío enorme: ¿cómo se implementa una tecnología tan disruptiva para miles de millones de usuarios que esperan resultados inmediatos, exactos, seguros y universales?
Para Carlier, este es uno de los aspectos menos visibles, pero más críticos: «No es lo mismo lanzar una aplicación para dos o tres usuarios que incorporar tecnologías tan rompedoras en algo que usan millones de personas todos los días esperando que siempre funcione, y funcione a la primera».
Esto implica inversión constante en infraestructura, circuitos especializados para ejecutar modelos de IA, centros de datos distribuidos globalmente, así como capacidad de adaptación continua según el comportamiento del usuario.
A esto se suma la necesidad de que la IA sea responsable, ética y transparente:
«Para nosotros es muy importante ser muy diligentes para evitar que esto se convierta en un mundo de interacciones solo a través de dos o tres canales… La única forma de ser ambiciosos es ser responsables desde el principio».
El equilibrio que Google busca es triple:
- Utilidad y valor real para el usuario
- Sostenibilidad técnica, económica y energética
- Respeto a la privacidad, las fuentes y la cadena de valor informativa
¿Una Internet más cerrada? La opinión de Google
Uno de los debates más calientes en la industria es si la IA generativa, al ofrecer respuestas directas en lugar de enlaces, podría llevarnos a una web menos abierta y más centralizada.
Carlier, apoyándose en declaraciones recientes de Sundar Pichai, sostiene que todavía no hay evidencia clara de este riesgo: “Nuestros datos no necesariamente indican que haya menos oportunidades o que este tipo de experiencias resulten en menos tráfico.”
La clave está en que no todas las consultas son iguales:
- Algunas necesitan una respuesta rápida y directa
- Otras buscan profundizar, explorar contenido, visitar fuentes, documentarse
Lo importante, según Carlier, es que la IA mantenga el vínculo con el origen de la información. “Asegurarnos de dirigir al usuario a la fuente original para darle veracidad y respetar la cadena de valor.”































