Paula Ortiz, Co-fundadora y CEO de Legal School, acude al nuevo episodio del podcast Digital Talks by t2ó ONE para arrojar luz sobre la nueva Ley de IA de la UE.
El arrollador paso de la Inteligencia Artificial (IA) ha obligado a redefinir las reglas del juego en la industria del marketing. En un momento en el que la automatización, el análisis de datos y la personalización algorítmica se han convertido en herramientas cotidianas para las marcas, la necesidad de una regulación clara y robusta se vuelve ineludible. En este contexto, el nuevo episodio del podcast Digital Talks by t2ó ONE aborda una temática crucial: la nueva Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea y sus implicaciones directas en la industria del marketing digital.
Para analizar esta normativa y desentrañar sus desafíos, el podcast cuenta con una invitada de referencia: Paula Ortiz, Co-fundadora y CEO de Legal School. Abogada con más de 20 años de experiencia en regulación digital, publicidad y protección de datos, Ortiz ha sido asesora de la Agencia Española de Protección de Datos y dirigió durante una década el área legal de IAB Spain. Su enfoque práctico y profundo conocimiento del entorno regulatorio la convierten en una voz autorizada para analizar cómo la nueva ley impactará la operativa de las compañías en el entorno digital.
Retos reales para el sector retail: del cumplimiento normativo a la ética en la automatización
Uno de los ejes centrales del episodio gira en torno a los desafíos prácticos que supone implementar la nueva Ley de Inteligencia Artificial en sectores tan dinámicos y expuestos como el marketing digital y el retail. Según Paula Ortiz, uno de los principales aprendizajes en estos primeros meses de aplicación es la enorme carga documental que exige el cumplimiento. “Estamos viendo que la ley lo aguanta todo, pero su ejecución en las compañías exige una gestión documental muy compleja”, señala.
En este sentido, la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA), aunque aún en una fase inicial, ya está cumpliendo un papel importante en la concienciación y en la preparación del terreno normativo. Además, la reciente aprobación del anteproyecto de Ley de Gobernanza y Buen Uso de la Inteligencia Artificial en España define con mayor precisión cuáles serán las autoridades competentes para exigir el cumplimiento. Así, la AESIA supervisará los sistemas de IA de alto riesgo, mientras que la Agencia Española de Protección de Datos tendrá competencia sobre aquellos que impliquen tratamiento de datos personales.
La complejidad normativa también se intensifica al considerar otras leyes como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), la Ley de Servicios Digitales (DSA) o la Ley de Mercados Digitales (DMA), que interactúan de forma directa con las estrategias tecnológicas y comerciales de las marcas. Por ejemplo, técnicas como la inferencia emocional, el uso de patrones adictivos en el diseño de interfaces o los algoritmos de segmentación deben revisarse a fondo para evitar caer en prácticas que puedan ser percibidas como manipuladoras o intrusivas.
Influencers virtuales y contenido generado por IA: la transparencia como nuevo estándar
Uno de los aspectos más llamativos abordados en la conversación es el uso creciente de influencers virtuales y contenido creado por inteligencia artificial en las campañas de marketing. Si bien estas herramientas ofrecen nuevas oportunidades creativas y de engagement, también plantean desafíos significativos en términos de transparencia, trazabilidad y confianza del usuario.
Paula Ortiz lo explica con claridad: “La tendencia hacia los influencers virtuales está completamente sometida a toda esta normativa. No es solo una cuestión estética o de innovación, sino también legal y ética”. Las marcas deben asegurarse de etiquetar adecuadamente el contenido generado por IA, informar al público de forma clara y visible, e incluso establecer códigos éticos que regulen su uso.
El caso de Alba Renai, la influencer virtual creada por la agencia Bella León, es un ejemplo de buenas prácticas en este campo. Esta figura digital no solo está claramente identificada como una creación artificial, sino que también cuenta con un storytelling bien definido, un código de conducta y un uso que respeta tanto la normativa como los valores sociales. De hecho, el equipo detrás de Alba ha llegado a producir piezas audiovisuales que abordan temas como la hipersexualización del cuerpo femenino en entornos digitales, contribuyendo así a una conversación más amplia sobre ética, representación y tecnología.
En un momento donde el consumidor demanda autenticidad y las marcas deben equilibrar innovación con responsabilidad, la gestión adecuada de estos nuevos formatos puede ser un elemento diferenciador. “El reto está en hacer visible lo invisible: explicar de forma sencilla y honesta qué hay detrás de una experiencia digital”, concluye Ortiz.































