
El Banco Santander sube la apuesta por el sector de la defensa, que vive un bum a nivel mundial ante la inestabilidad geopolítica de los últimos años. La entidad presidida por Ana Botín acaba de sellar un acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para facilitar el acceso al crédito a empresas enfocadas en el desarrollo de proyectos de defensa y seguridad en todo el continente.
Según consta en documentación oficial del brazo financiero de la Unión Europea, Banco Santander ha solicitado 200 millones de euros de préstamos blandos al BEI, con el objetivo de mitigar y repartir riesgos y poder ofrecer financiación por aproximadamente 560 millones de euros.
La entidad cántabra es el cuarto banco en Europa que se suma a este programa, cuyo objetivo es financiar proyectos del sector de la defensa por alrededor de 4.500 millones de euros. Antes del Santander, que ha entrado en este plan este mismo mes de diciembre, ya lo hicieron la entidad alemana Deutsche Bank, el banco francés BPCE y la entidad griega Banco del Pireo.
En una intervención de principios de noviembre, la presidenta del BEI, Nadia Calviño, ya anunció en una conferencia el acuerdo firmado con Deutsche Bank para este fin y avanzaba las negociaciones con Santander, que culminaron el pasado 2 de diciembre, cuando se aprobó el desembolso de los fondos comunitarios.
La exministra de Economía en España entre 2018 y 2023 explicaba entonces que hasta este año, el BEI solo financiaba tecnologías de uso dual. Es decir, aquellas que compatibilizan su aplicación militar y civil. Sin embargo, Calviño matizaba que desde este año el banco comunitario también puede financiar “proyectos puramente militares” que considera “extremadamente relevantes”.
“El objetivo principal es mejorar el acceso a la financiación a los beneficiarios finales del sector de la seguridad y la defensa”, señala la documentación del acuerdo firmado entre el Santander y el BEI el pasado 19 de diciembre. Calviño avanzó que su objetivo era que este acuerdo pudiera culminarse antes de final de año.
El brazo financiero de la UE explica que “el paquete de préstamos facilitará nuevas inversiones en el sector de la seguridad y la defensa en toda Europa. Consiste en suboperaciones en forma de productos financieros intermediados, en concreto, Préstamos Multibeneficiarios Intermediados (MBIL) y productos de Reparto de Riesgos en la Financiación de la Cadena de Suministro con intermediarios financieros aceptables”.
Apoyar la cadena de suministro
Según expone el organismo, el objetivo de la dotación de préstamos es apoyar a la industria europea de seguridad y defensa, así como a su cadena de suministro, facilitando el acceso a préstamos bancarios a las pymes y empresas de mediana capitalización del sector. El programa de financiación deja claro que “las armas y municiones, incluidos explosivos y armas deportivas, a nivel del beneficiario final y del proyecto o inversión, no serán elegibles para la financiación del BEI”.
Esta no es la primera vez que el BEI financia a una empresa española involucrada en el sector de la defensa y la seguridad. El pasado 15 de julio, firmó una financiación de 385 millones de euros con Indra para impulsar las actividades de investigación y desarrollo de la compañía tecnológica española. “La financiación permitirá a Indra realizar inversiones en I+D+i para el desarrollo de tecnologías punteras destinadas al sector de la defensa y del espacio. Se trata del mayor acuerdo de financiación suscrito hasta la fecha por el BEI en España para reforzar las capacidades de seguridad y defensa de la Unión Europea”, señalaba el BEI en un comunicado.
Banco Santander ya está presente en el sector de la defensa en España. Además de entidad financiadora, el banco cántabro es uno de los asesores del proceso de fusión entre Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) y la propia Indra, la que está llamada a ser la operación de consolidación más importante en el sector este próximo 2026. Algunas casas de análisis cifran el valor de la absorción de EM&E por porte de Indra en hasta 2.000 millones de euros.
El bum en defensa se produce en un momento de creciente preocupación a nivel mundial por la inestabilidad geopolítica actual. Los conflictos de Ucrania, a las puertas de Europa, o la guerra de Oriente Medio han disparado las alarmas en el Viejo Continente. Bruselas ha puesto en lo más alto de su agenda la autonomía estratégica a través de programas como el ReArm EU, dotado con 800.000 millones de euros.
A nivel de cooperación multilateral, el momento actual está marcado por el compromiso e la mayoría de países de Europa de aumentar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB, una exigencia lanzada por la Administración Trump de EE UU, primer socio de la OTAN. Con estos mimbres, el Ministerio de Defensa en España ha presentado los Programas Especiales de Modernización (PEM). Se espera que el gasto en actualización de capacidades del ejercito se eleve hasta los 36.000 millones de euros. Y ahí, firmas como Indra y entidades financieras como el Santander buscan estar presentes.






























