La historia del muñeco Baby Pelón comenzó con una videoconsola que no se usaba en casa de Mónica Esteban. Cuando la veía, pensaba en lo bien que le vendría a algún menor que no tuviera. Ese niño fue Jorge, al que habían diagnosticado cáncer. “Cuando se la entregamos, la reacción fue espectacular. Pasó de estar apagado a feliz en cuestión de segundos. Las enfermeras y los médicos comentaban el gran cambio que había dado”. Esteban volvió a su puesto como directora creativa en una agencia de publicidad y una idea no se le iba de la cabeza. La de gente que habría con este tipo de aparatos sin usar. Mandó un correo a sus compañeros de oficina ofreciendo un café y un bollo por cada videoconsola. Cuando empezaron a llegar, se reunió con varias personas de su departamento y decidieron crear una asociación que hiciera llegar estos juguetes a los hospitales, para tratar de mejorar el día a día de los pequeños enfermos. Fueron los primeros pasos de la Fundación Juegaterapia, de la que Esteban es fundadora y presidenta.
Quince años después, la entidad ha desarrollado 84 proyectos de humanización en hospitales españoles y 27 internacionales, con una inversión global que supera los 12 millones de euros. Estas intervenciones han conseguido que los pasillos y habitaciones, muchas veces inhóspitos, se hayan convertido en lugares llenos de colorido donde los niños se sientan más a gusto. La primera la llevaron a cabo en el Hospital de la Paz, en Madrid, al convertir lo que era una azotea vacía en un jardín con setas gigantes por el que los pequeños hospitalizados podían pasear y jugar.
Esta idea nació, como la mayoría en la fundación, fruto de las visitas que Mónica Esteban y Valle Sallés, vicepresidenta de la entidad, hacen semanalmente a diferentes hospitales. “Mientras entregábamos las primeras videoconsolas, lo que nos contaban los padres es que los niños estaban asfixiados dentro de las habitaciones, que necesitaban un espacio donde salir y respirar un poquito”. Con un llamamiento en el programa El Hormiguero consiguieron 250.000 sms en 20 minutos para ayudar a construir el primer jardín. Después llegó otro similar en el Hospital 12 de Octubre, también en Madrid. El encargado de plantar la primera semilla fue Alejandro Sanz, cantante cuya colaboración ha sido también fundamental en la iniciativa que ha hecho más conocida a la fundación, el muñeco Baby Pelón.

“Hace 11 años en una de nuestras visitas al hospital había una niña que se llamaba Alba, que había tenido una recaída y se le volvía a caer el pelo, por lo que estaba muy triste. Al salir de visitarla se nos ocurrió que debíamos sacar un compañero de viaje para estos niños, que tuvieran a alguien a quien agarrarse”. Cuando Esteban dijo que quería hacer un muñeco enfermo de cáncer, calvo con un pañuelo, en muchas empresas jugueteras la tomaron “por loca” y le aseguraron “que no se iba a vender ni uno”. No podían estar más equivocados en el pronóstico. En este tiempo, la fundación ha vendido 2.350.000 unidades. En 2024, mientras la industria juguetera bajó su facturación un 9%, Fundación Juegaterapia vendió 22.368 muñecos más que el año anterior. En lo que va de 2025, ya se han vendido 223.000, una cantidad que Esteban cita con una gran sonrisa, aunque se muestra cauta a la hora de dar una cifra en la que estima cerrar el año, “no vaya a ser que algo se tuerza”.
Preguntada por el secreto del éxito de este muñeco, fabricados en España por la empresa juguetera Arias, Esteban destaca varios. “Como veníamos del mundo de la publicidad, pensamos que si el pañuelo de Baby Pelón lo diseñaba un famoso, ellos podían publicarlo en sus redes sociales y así conseguiríamos vender alguno. La idea nunca fue vender, era ayudar a los niños y regalárselo, lo que seguimos haciendo. Pero pensamos que ya puestos, podíamos sacarlos a la venta y conseguir fondos, porque hasta entonces nos financiábamos con ayudas de empresas, colegios y de la gente que se hacía socia”.
La “sorpresa” fue que lo sacaron un noviembre de 2014 y en diciembre hubo rotura de stock por la gran cantidad de pedidos. “Llegamos a vender mil al día. Era una locura, no dábamos abasto”. Las caras conocidas han sido, y siguen siendo, una gran baza para dar a conocer este muñeco y potenciar sus ventas. Cada año, la fundación lanza nuevos modelos con famosos como Shakira, Laura Pausini, David Bisbal, Manuel Carrasco o Sara Carbonero. Esteban vuelve a destacar en este punto el papel de Alejandro Sanz, quien no duda en tirar de agenda para pedir a sus conocidos que colaboren con la iniciativa, según cuenta Esteban.

“En mitad del camino hubo un momento clave para el éxito, la alianza con Disney, que nos cede las licencias”. Acompasado con las películas que estrenan, se pone en el mercado un nuevo Baby Pelón, que se suman a otros de dibujos clásicos como Mickey Mouse. “Nos propusieron que con lo recaudado con estos modelos en concreto, hiciéramos cines en los hospitales. Los niños, aunque estén un poco mejor, no van a ver películas porque están inmunodeprimidos y no pueden meterse en una sala llena de gente”.
Clave ha sido también, en palabras de la presidenta, la unión con Correos, que los vende en sus oficinas. “Nos ha dado una capilaridad enorme. Especialmente para aquellas personas que no tienen una tienda de juguetes cerca o no están acostumbrados a comprar online”. Y no solo en jugueterías o grandes almacenes, estos muñecos se pueden adquirir en lugares como farmacias, tiendas de ropa e incluso aeropuertos, espacios estos últimos “donde se venden fenomenal”.
“Otro secreto del éxito es que no solo están enfocados en niños. Tienes, por ejemplo, una amiga de 50 años con cáncer de mama y se lo regalas. Del mismo modo, se han convertido también en una herramienta terapéutica en los colegios”.

Entre los 42 modelos de Baby Pelón que ha lanzado la fundación, hay uno cuyas ventas van destinadas a investigación. Es el que creó Elena Huelva, una chica, diagnosticada de un sarcoma de Ewing, que se hizo conocida en redes sociales por contar su enfermedad. “Fue un caso especial. Le hacía ilusión hacer un Baby Pelón y le trasladamos a la fábrica que había que rebajar los tiempos de producción porque íbamos a contrarreloj por su estado de salud. Se trabajó día y noche para sacarlo a tiempo. Cuando lo pusimos a la venta, se nos colgó la web. Llegó un momento en el que la fábrica no daba abasto. Tuvimos que hacer preventa. Elena nos pidió que los fondos sirvieran para una beca que investigara el sarcoma de Ewing. La Fundación hizo una aportación inicial de 25.000 euros, a los que se ha ido sumando lo recaudado con las ventas de su muñeco. Ya se han alcanzado los 237.000 euros”.
Aunque la labor de la fundación se enfoca principalmente en hospitales, desde primavera tienen en su sede de Madrid el Club Juegaterapia. Un amplio espacio que cuenta con una sala para videojuegos, una para hacer terapias jugando, otra para llevar a cabo talleres de arte, una zona para que los padres tomen café y compartan sus experiencias e incluso un pequeño anfiteatro, con camerino incluido, en el que los pequeños participan en un club de teatro. Sin olvidar una sala inmersiva en la que se llevan a cabo desde terapias a actividades como recrear una playa artificial con arena para los enfermos que el pasado verano no pudieron salir de Madrid. Casi 100 niños usan el club mensualmente, cuenta Esteban, quien destaca las posibilidades que ofrece también a empresas para llevar a cabo eventos o reuniones de equipo, como ya han hecho Disney, Telefónica o el grupo Louis Vuitton, entre otras. “El alquiler nos supone una nueva vía de financiación”, añade. Ya sea por la venta de Baby Pelón, aportaciones de empresas y particulares o alquiler de espacio, cualquier ingreso es bienvenido para continuar con una labor que nació con una videoconsola.































