La definición oficial de «slop» es «contenido digital de baja calidad que es producido generalmente en grandes cantidades con la inteligencia artificial».
En el transcurso de los últimos doce meses el concepto «AI Slop» ha sido empleado hasta la extenuación para referirse al contenido basura que brota a borbotones de la inteligencia artificial (IA). Y en vista de la preocupante ubicuidad de este concepto, la editorial estadounidense Merriam-Webster, responsable del prestigioso diccionario homónimo, ha tenido a bien elegir «slop» (algo así como basura en español) como la palabra del año 2025 que estamos a punto de finiquitar.
La definición oficial de «slop», de acuerdo con el diccionario de inglés Merriam-Webster, es «contenido digital de baja calidad que es producido generalmente en grandes cantidades con el soporte de la inteligencia artificial». El significado del que es portadora actualmente la voz inglesa «slop» dista del que esta palabra tenía cuando fue acuñada por primera vez en el siglo XVIII. Por aquel entonces este término significaba «barro blando». Este vocablo variaría posteriormente de manera progresiva su significado para convertirse en sinónimo de «basura». Y ha terminado mutando en el término más adecuado para describir el lamentable estado actual de internet.
En un momento en el que se habla por los codos de las amenazas solapadas a la IA el concepto «slop» parece «menos pavoroso y más burlón», dice la editorial Merriam-Webster. Se trata de una palabra que «hace llegar un pequeño mensaje a la IA: cuando está tecnología reemplaza a la creatividad humana, no parece definitivamente tan inteligente”.
Lo que parece indiscutible es que el concepto «slop» dominó en buena medida la conciencia colectiva en 2025, ajustándose como un guante para describir tanto el contenido que consumimos en la red de redes como los alimentos que forman parte de nuestra dieta (en sentido literal).
Cuando 2025 no había hecho sino levantar el telón, el denominado «AI Slop» ya había hecho saltar las alarmas. No en vano, durante los incendios que asolaron California durante el pasado mes de enero, comenzaron a emerger en la red de redes vídeos de rescates que eran en realidad fruto de la IA y que trataban de capitalizar la tragedia. Y solo un par de meses después, en marzo de este año, un estudio de la Universidad de Cornell advirtió que el auge del «AI Slop» estaba comenzando asfixiar internet.
Un año bregando con el insoportable hedor emanado de la red de redes
Desde entonces el problema del «AI Slop» no ha hecho sino exacerbarse en la red de redes. En los últimos meses asistimos, sin ir más lejos, a una preocupante ola de contenido «fake» sobre el Holocausto, el «AI Slop» se coló en la campaña electoral del exalcalde de Nueva York Andrew Cuomo y también en la propaganda vinculada a la figura de Donald Trump, y a raíz del asesinato de Charlie Kirk emergieron múltiples tributos generados con AI para honrar la memoria del activista conservador.
El «AI Slop» ha terminado mancillando asimismo el ramo del marketing y la publicidad (del que han brotado en los últimos meses anuncios que han sido posteriormente asaeteados a críticas en las redes sociales y eventualmente retirados) y plataformas como Pinterest se han visto obligadas a pertrecharse de nuevos filtros para permitir a sus usuarios zafarse de las afiliadas e insidiosas garras del contenido generado con IA. Nada ni nadie en la red de redes parece poder escapar de esa gran pandemia que es el «AI Slop» y que resulta particularmente preocupante porque hace virtualmente indistinguible la verdad de la mentira. Aproximadamente el 80% de los vídeos generados con IA que se difunden a través de las redes sociales son tan engañosamente reales que los usuarios les resulta complicado identificarlos como «fake», según un informe de AI Forensics.
«La avalancha de ‘AI Slop’ en 2025 incluyó vídeos absurdos, imágenes publicitarias absolutamente descabelladas, propaganda burda, noticias falsas que parecen inquietantemente reales, libros basura escritos con IA, informes sintéticos y abominablemente malos que no hacen sino perder el tiempo a los compañeros de trabajo y muchos gatos que hablan», señala Merriam-Webster. De manera similar al lodo al que hacía referencia su significado primigenio, «slop» es una palabra que evoca el «sonido húmedo de algo que definitivamente no quieres tocar», subraya la editorial estadounidense.































