Durante el año pasado, y de acuerdo con los datos que obran en poder de COMvergence, el gasto global en medios de IBM ascendió a los 330 millones.
IBM ha decidido revisar su cuenta global de medios y parece que WPP Media, que detenta en la actualidad esa cuenta, no tomará parte en el «pitch» convocado por la multinacional tecnológica estadounidense para tratar de retenerla, según ha podido saber AdAge.
La compañía de hardware y software colabora con Ogilvy, otra agencia de la órbita de WPP, desde 1994. Sin embargo, esa longeva relación no se verá afectada en modo alguno por el nuevo concurso, que afectará única y exclusivamente a la cuenta global de medios de IBM.
«WPP ha decidido no participar en el ‘pitch’ en el que está en juego la cuenta de medios de IBM», asegura un portavoz del «holding» británico en declaraciones a AdAge. «Valoramos nuestra longeva relación con IBM y seguiremos prestándoles nuestros servicios en calidad de agencia creativa global a través de Ogilvy», añade el portavoz.
En 1994 IBM dio un fuerte golpe sobre la mesa cediendo a Ogilvy el control de su cuenta creativa global, otrora repartida en más de 40 agencias diferentes. Para poder sumar a su porfolio la cuenta de IBM (valorada por aquel entonces en 500 millones de dólares), Ogilvy renunció voluntariamente a las cuentas de Microsoft y Compaq, que rivalizaban, al fin y al cabo, de manera directa con su nuevo cliente y planteaban, por ende, un conflicto de interés.
Durante el año pasado, y de acuerdo con los datos que obran en poder de COMvergence, el gasto global en medios de IBM ascendió a los 330 millones de dólares.
De acuerdo con los datos facilitados por la propia compañía, en 2024 IBM desembolsó 1.173 millones de dólares en publicidad y actividades promocionales (incluyendo medios y gastos directamente emparentados con las agencias).
Si bien en los últimos meses WPP Media ha sufrido importantes pérdidas de clientes, más recientemente la suerte le ha sido menos esquiva y ha logrado sumar a su porfolio insignes cuentas como Mastercard, Reckitt, Henkel y el Gobierno británico.































