La Generalitat ha encargado una auditoría sobre todos los laboratorios que trabajan con el virus de la peste porcina africana detectada en Barcelona cerca de donde se controla un brote de la enfermedad. La decisión llega después de que ayer el Ministerio de Agricultura comunicara que investiga al centro IRTA CReSA, dependiente de la Administración catalana y ubicado cerca de donde apareció el primer cadáver de jabalí infectado, como posible origen de la infección. El president Salvador Illa ha anunciado que ha encargado al consejero de Agricultura, Òscar Ordeig, presidente de ese Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA en sus siglas en catalán), una auditoría de todas las instalaciones que han trabajado con ese patógeno y una revisión de protocolos con los que trabajan. “El Govern no descarta ninguna opción, pero tampoco la confirma”, ha dicho.

Según Illa, no son más de cinco centros los implicados en esa investigación, con la que el jefe del Gobierno catalán no ha querido ni confirmar ni desmentir que el CReSA se encuentre detrás de la propagación del virus por el parque natural de Collserola. Illa ha dicho que espera tener esa auditoría “en el menor tiempo posible y con máximas garantías de solvencia y seguridad”. Mientras tanto, los cuerpos de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Civil trabajarán conjuntamente en el informe sobre el origen del foco de peste porcina africana.

En su intervención, también ha confirmado que hay 13 casos confirmados de jabalíes infectados hasta el momento, sin que el virus haya alcanzado a ninguna de las 55 granjas que hay dentro de la zona de seguridad de 20 kilómetros creada por la Generalitat para intentar frenar la extensión del brote. Este viernes por la noche el Govern alcanzó un acuerdo con el sector ganadero para enviar a un matadero cerca de 30.000 cerdos que están dentro de la zona de influencia del brote para que puedan ser destinados al consumo en España. “No hay ningún riesgo para el consumo humano”, ha defendido.

Illa ha acudido al centro de comandamiento avanzado de contención de la peste porcina ubicado en Santa Perpètua de la Mogoda en plena crisis. La pandemia animal ha obligado a desplegar a un millar de policías y de efectivos de emergencias para blindar las zonas naturales donde se ha registrado el foco de la enfermedad y evitar que, en pleno puente festivo, nadie acceda a una extensión que afecta a 91 municipios.

El intendente de los Mossos d’Esquadra Francesc Parra ha destacado el “comportamiento ejemplar” de los ciudadanos y ha informado que no se ha practidado ninguna imposición de multa por superar esos límites. Con las medidas de contención se persigue evitar que el virus escampado por la zona de control pueda superar los límites del foco a través de las suelas del calzado, de ruedas de bicicleta u otros supuestos.

Hay implicados en el dispositivo mossos d’Esquadra (responsables de la coordinación), policías locales, bomberos y agentes de Protección Civil, que están ubicados tanto en controles fijos como en guardias dinámicas que se extienden 20 kilómetros alrededor de la sierra de Collserola. Un primer cinturón de seguridad en los primeros 6 kilómetros cuenta con medidas de vigilancia más intensas.



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