España es uno de los países desarrollados con menor libertad económica, según el informe La libertad de empresa en España. Índice de libertad económica en 2025, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) —el ‘think tank‘ de la CEOE— y presentado este lunes. Así, ocupa la posición 31 de 38 de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), por detrás de Rumania, Malta o Costa Rica. Este mal desempeño se debe, según indica el estudio, a la deuda pública acumulada, el “persistente” desequilibrio fiscal o a la “excesiva” presión fiscal.

El informe analiza la situación de 184 países y concluye que en 2025 la puntuación media global de España ha mejorado ligeramente, alcanzando los 59,7 puntos sobre 100, frente a los 58,6 del año anterior. Una marca que le posiciona en el puesto 53. El IEE destaca que esta ubicación “está muy alejada de las primeras, lo cual condiciona el progreso económico y el bienestar. La referencia deben ser las economías más prósperas, ya que, precisamente, la falta de libertad económica en el mundo es lo explica que los países desarrollados sigan siendo un grupo minoritario del total”.

Del total, solo tres países han sido clasificados como “libres” (una puntuación superior a los 80 puntos). Otros 26 se sitúan como “mayoritariamente libres” (entre 70 y 79,9 puntos) y 58 como “moderadamente libres” (entre 60 y 69,9 puntos). Por el otro lado, 60 estados han recibido la calificación de “mayoritariamente no libres” (entre 50 y 59,9 puntos) y 29 como “reprimidos” (menos de 50 puntos) como es el caso de China o Irán. En el primer lugar se sitúa Singapur, seguido de Suiza e Irlanda y Taiwán, país que alcanza su mejor posición histórica.

Para obtener estas conclusiones, el informe estudia 12 indicadores como la efectividad judicial, la salud fiscal, la estabilidad monetaria o la facilidad inversora. Estos índices se reúnen en cuatro categorías que son el imperio de la ley, el tamaño del Estado, la eficiencia regulatoria y la apertura de los mercados. España registra sus peores puntuaciones respecto a la media de la OCDE en salud fiscal (-27,7 puntos), gasto público (-10,4 puntos) y solvencia financiera (-8,4 puntos). El mejor desempeño se registra en estabilidad monetaria (+5 puntos), apertura comercial (+4,8 puntos) y libertad de empresa (+1,7 puntos).

El estudio pone especial énfasis en el sistema impositivo. Así, resalta que “una salud fiscal débil limita la capacidad del Estado para responder a crisis económicas, reduce el margen para bajar impuestos y desincentiva la inversión privada”. Señala que este mal resultado se debe a una “creciente” presión fiscal sobre empresas y familias o la falta de reformas para corregir los desequilibrios presupuestarios.

A pesar de que la libertad de empresa en España es mejor que la media de la OCDE, el IEE critica que está “muy alejada” de las posiciones de liderazgo dentro de los países más desarrollados, concretamente un 11% respecto a Dinamarca y Australia, los países que lideran este índice. El estudio asegura que la regulación española es “excesiva”, lo que supone un obstáculo “significativo” para el desarrollo empresarial. Además, afirma que el excedente bruto de explotación (el excedente generado por las actividades de explotación una vez recompensado el factor trabajo) representa ahora menos del 42%, mientras que en 2018 era el 44%.

Otro factor que impide que España tenga un mejor ambiente para las empresas es la facilidad inversora, que se ubica en el puesto 20 de 38. El IEE destaca que esta posición “refleja un entorno menos favorable para la inversión empresarial, con mayores restricciones regulatorias y menor seguridad jurídica”.



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