Álvaro García García, director de New Business, resume el enfoque que ha guiado a la compañía durante más de una década.

Once años después, el proyecto mantiene la misma energía con la que empezó: probar, fallar, reinventarse y volver a hacerlo mejor. En un sector donde lo habitual es fragmentar procesos, Dejavu ha apostado siempre por un modelo propio, valiente y directo, que convierte eventos, pop-ups y ferias en experiencias que sorprenden y perduran.

Hacerlo a su manera significa no conformarse con lo fácil, sino poner el foco en lo único que importa: crear experiencias que no se olvidan.

En Dejavu Project ofrecéis un servicio integral 360º. ¿Qué implica exactamente esta filosofía?

    Más que un servicio 360º, en Dejavu Project ofrecemos una manera distinta de acompañar a marcas y agencias. No nos vemos como un proveedor, sino como un partner estratégico que escucha, entiende, diseña, propone y ejecuta cada fase con un control absoluto.

    Nuestro modelo 100 % in-house nos permite controlar cada paso y responder a cualquier reto, desde un pequeño corner hasta una feria internacional. Esa forma de trabajar nos asegura cumplir tiempos, optimizar recursos y, sobre todo, que todo salga como estaba previsto.

    Lo que hacemos va más allá de proyectos. Es generar confianza, crear impacto y dejar experiencias que la gente recuerda.

    ¿Podrías compartir algún caso que en tu opinión represente mejor la excelencia de Dejavu Project ¿Qué retos enfrentasteis y cómo los resolvisteis?

    Un proyecto que resume bien nuestra filosofía fue la activación de MAC Cosmetics en Madrid y Valencia. El reto era ambicioso: adaptar un container que ya estaba fabricado, lo que nos obligaba a repensar soluciones técnicas desde cero.

    Rediseñamos el mecanismo de cierre, convertimos bastidores en puertas para optimizar accesos y, además, planteamos el proyecto con un criterio de reaprovechamiento, de modo que pudiera desmontarse en Madrid y remontarse en Valencia con el mismo impacto visual.

    El resultado fue un espacio de gran potencia estética y funcional, que generó colas masivas y convirtió el proyecto en un fenómeno compartido en redes sociales. Ese equilibrio entre creatividad, técnica y logística es lo que entendemos por excelencia.

    ¿De qué manera integráis estrategias digitales con producción gráfica física para reforzar la identidad de marca de vuestros clientes?

    Para nosotros lo físico y lo digital no son mundos separados, sino dimensiones que se refuerzan. Diseñamos cada espacio para que funcione tanto en directo como en la narrativa digital de la marca.

    Eso significa crear rincones “instagrammeables”, integrar pantallas LED, videowalls o soportes interactivos, y explorar tecnologías como NFC y códigos QR que amplíen la experiencia más allá del espacio físico.

    De cara al futuro, nuestro objetivo es combinarlo con herramientas de data e inteligencia artificial, para medir interacciones, flujos de visitantes y huella de carbono. Así, cada proyecto será también una fuente de aprendizaje estratégico para el cliente.

    Con sede en Mejorada del Campo (Madrid) y también presencia en Valencia, ¿cómo gestionáis la dimensión regional en alcance y logística? ¿Evaluáis expandiros a otros territorios?

    Madrid sigue siendo nuestro centro operativo, pero la apertura en Valencia ha supuesto un salto clave: nos permite estar más cerca de los clientes en el Levante y optimizar la logística nacional.

    El siguiente paso será Barcelona, un mercado estratégico tanto por su ecosistema ferial como por la concentración de marcas globales. Y en paralelo, ya hemos ejecutado proyectos en países como Francia, Alemania, Portugal, Singapur o Estados Unidos.

    Nuestro foco ahora está en Dubái, epicentro mundial del lujo y el travel retail. Queremos consolidar allí nuestra propuesta y demostrar que nuestro modelo in-house es competitivo también en mercados de máxima exigencia.

    ¿Cómo adaptáis vuestro enfoque a marcas globales versus proyectos más locales o startups?

    La clave está en la flexibilidad. Con marcas globales trabajamos bajo protocolos muy estrictos: guías de marca internacionales, timings ajustados y reporting constante. Nuestro valor añadido es que respondemos con la misma calidad que esperan en Nueva York o París, pero con la agilidad que nos da nuestra estructura in-house.

    En cambio, con startups o proyectos locales, nuestro rol es más cercano: actuamos como asesores, ayudando a optimizar recursos, escalar ideas y convertirlas en experiencias memorables sin necesidad de grandes estructuras.

    En ambos casos, nuestra esencia no cambia: ser un partner que acompaña y que aporta valor real.

    ¿Qué hitos o desarrollos estratégicos esperáis alcanzar en los próximos 3–5 años? ¿Hay nuevas áreas de servicios que planeáis explorar o tecnologías que queráis incorporar?

    Nuestro objetivo es claro: consolidarnos como referente en el sector del lujo y el travel retail, donde la exigencia es máxima y donde nuestro modelo 100 % in-house aporta una ventaja diferencial.

    En paralelo, seguiremos reforzando nuestra presencia territorial con nuevas sedes en España y Europa, apostando por la sostenibilidad como estándar en cada montaje y potenciando la integración entre lo físico y lo digital.

    El crecimiento para nosotros no es solo un tema de volumen, sino de dirección: crecer con sentido, con procesos más eficientes, más responsables y más globales.



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