La inteligencia artificial abre nuevas posibilidades en el aprendizaje, pero también plantea el reto de identificar y corregir los textos creados automáticamente en el ámbito académico.

El desarrollo de la inteligencia artificial abre nuevas posibilidades para la educación, facilita el mantenimiento de la disciplina en las clases e incrementa el interés de los estudiantes por el aprendizaje. Actualmente, los estudiantes utilizan la inteligencia artificial para elaborar trabajos de curso. El profesorado puede identificar si el texto ha sido escrito por una persona o por una máquina. Para ello, se recurre a Detector de IA, que analiza la estructura, el estilo y las características del texto. De este modo, es posible identificar las partes del contenido generadas automáticamente.

En el ámbito educativo, esta herramienta ayuda a evaluar la calidad del material. Asimismo, permite que los estudiantes mejoren sus trabajos y logren mayor originalidad corrigiendo las partes del texto que hayan sido señaladas.

Diferencia entre el contenido humano y el contenido de IA

El texto escrito por un ser humano es diferente del generado por la inteligencia artificial. Cabe destacar las principales diferencias, que son las siguientes:

  • contenido emocional. El ser humano transmite su experiencia, sus emociones y sus matices afectivos en el texto. Son posibles las asociaciones y el uso del humor. En cambio, la inteligencia artificial crea contenido estereotipado;
  • originalidad de pensamiento. El ser humano puede plasmar en el texto ideas poco convencionales y pensamientos creativos. La inteligencia artificial genera contenido basándose en datos existentes;
  • estructura, lógica. Las personas pueden apartarse de las expresiones estándar, insertar ejemplos y utilizar digresiones personales. El texto generado por IA suele estar estructurado al máximo, con párrafos uniformes y transiciones predecibles;
  • características lingüísticas. Las personas pueden emplear metáforas y expresiones coloquiales, así como un vocabulario individual. Es posible encontrar estilos mixtos. La inteligencia artificial utiliza frases predefinidas y combinaciones de palabras similares, sin expresiones complejas ni poco frecuentes.

Las personas pueden cometer errores en los textos, como errores tipográficos, gramaticales o de puntuación, lo que evidencia que el texto es real. En el contenido creado por IA, los errores son poco frecuentes y suelen ser del mismo tipo.

Cómo detecta Smodin los patrones de IA

La presencia de rastros de inteligencia artificial en un texto se puede detectar fácilmente, y Smodin ayuda en esta tarea. El detector de IA es capaz de identificarlos casi al instante, reconociendo inconsistencias en el estilo del contenido. Ofrece análisis en tiempo real y es compatible con más de 100 idiomas. La detección de patrones se realiza de forma gradual:

  • análisis de la frecuencia de palabras y frases. Permite identificar repeticiones excesivas de combinaciones de palabras;
  • verificación de la uniformidad del estilo. El contenido humano es variable; las frases largas se alternan con las cortas, y el ritmo y la estructura cambian. En cambio, la inteligencia artificial escribe de forma predecible, con frases de la misma longitud y sin cambios bruscos de ritmo;
  • identificación de patrones lógicos y semánticos.

El detector se actualiza de forma constante, lo que le permite identificar rasgos de estilo y estructuras características de los textos producidos con herramientas generativas. Incluso en trabajos que combinan partes escritas por una persona con otras creadas por inteligencia artificial, el sistema puede detectar la intervención de esta tecnología en la elaboración del contenido.

Uso en trabajos universitarios

Los estudiantes suelen recurrir a la inteligencia artificial para elaborar trabajos. En cuestión de segundos, es posible crear un resumen o incluso un trabajo de fin de carrera. Para ello, existen numerosas herramientas de IA. Al personal docente le resulta complicado determinar si el texto fue escrito por una persona o por una máquina.

Para verificar la autenticidad del texto original, se pueden utilizar detectores de IA, que constituyen una ayuda indispensable para identificar la generación automática. En los trabajos universitarios, el detector se emplea para:

  • revisión de resúmenes. Permite detectar fragmentos generados automáticamente y evaluar su influencia en la originalidad del texto;
  • análisis de tesis y trabajos académicos. Posibilita determinar si el estudiante ha redactado el trabajo por sí mismo o ha utilizado inteligencia artificial;
  • mejora de la calidad del trabajo. Ayuda a detectar partes repetitivas en el contenido que pueden ser corregidas.

Con Smodin, se puede evaluar la probabilidad de que se haya utilizado inteligencia artificial en la redacción de un trabajo. Se realiza un análisis comparativo y se destacan las partes generadas del texto, que pueden ser corregidas añadiendo emociones, mejorando el estilo e incorporando ejemplos.

En el ámbito universitario, el detector de IA se emplea como método de control y como herramienta educativa. Con su ayuda, es posible fomentar la comprensión del valor de las propias ideas. El profesorado puede tener la certeza de que los trabajos han sido redactados por personas y no por máquinas. En cuestión de segundos, se determina la presencia de patrones y signos de contenido generado por inteligencia artificial, y se destacan las áreas que requieren correcciones. Como resultado, se consigue elaborar un trabajo original, único y de calidad.

Interpretación de los informes de detección

Al examinar un texto con un detector de IA, se elabora un informe que indica la probabilidad de que haya sido producido por inteligencia artificial. Un porcentaje bajo suele señalar que el contenido fue redactado por una persona. Los textos mixtos, que combinan partes humanas y generadas por máquina, suelen situarse entre el 21 % y el 49 %. Si más de la mitad del contenido aparece marcado como creado por IA, se considera que existe una alta probabilidad de que haya sido escrito por un sistema automático.

Estos detectores subrayan las oraciones o párrafos que parecen tener origen artificial, lo que brinda la opción de reescribirlos para dotarlos de un tono más humano. Una estrategia útil es incorporar ejemplos propios, transmitir emociones y emplear giros poco comunes.

El informe actúa como guía para el profesorado, que puede comparar el estilo con otros trabajos del mismo alumno antes de tomar una decisión final. Por su parte, los estudiantes tienen la oportunidad de revisar y reformular los fragmentos generados por IA, mejorando así la originalidad del trabajo y favoreciendo que sea identificado como escrito por una persona real.



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