ChatGPT se ha convertido en una herramienta clave para resolver dudas sobre ciberseguridad, según un informe de NordVPN.

En un contexto donde la inteligencia artificial se consolida como herramienta clave en la vida digital, cada vez más usuarios acuden a plataformas como ChatGPT para resolver dudas sobre ciberseguridad. Según un reciente estudio de NordVPN, casi 800 millones de personas utilizan el popular chatbot de OpenAI, y millones de ellas lo hacen específicamente para proteger su privacidad online.

Sin embargo, el informe revela una contradicción preocupante: mientras buscan consejos para protegerse, muchos usuarios terminan compartiendo información sensible, exponiéndose sin querer a riesgos aún mayores.

«Muchas de las preguntas que recibimos son inteligentes y pertinentes, pero otras son absolutamente disparatadas. Y, detrás del humor, hay una realidad que no podemos ignorar: mucha gente sigue sin comprender cómo funciona la ciberseguridad», explica Marijus Briedis, CTO de NordVPN.

Las 5 preguntas más frecuentes sobre ciberseguridad en 2025 a ChatGPT

NordVPN identificó las inquietudes más comunes que los usuarios españoles plantean a ChatGPT, todas centradas en tres ejes principales: protección de la información personal, seguridad de cuentas online y privacidad en las comunicaciones.

  • ¿Cómo puedo reconocer y evitar las estafas de phishing?
  • ¿Es seguro usar una red wifi pública?
  • ¿Para qué sirve una VPN y realmente la necesito?
  • ¿Qué hago si me han hackeado o han filtrado mis datos?
  • ¿Qué apps de mensajería son más seguras en cuanto a privacidad?

Estas consultas reflejan una conciencia creciente sobre las amenazas digitales, pero también una necesidad urgente de formación y educación tecnológica más profunda.

Las preguntas más extrañas a ChatGPT

El estudio también revela algunas de las preguntas más inusuales (y mal fundamentadas) que reciben en el contexto de la ciberseguridad. Entre algunas de ellas se encuentran ejemplos como:

  • ¿Los hackers pueden robarme los pensamientos a través del móvil?
  • ¿Si borro un virus pulsando la tecla ‘eliminar’, ya estoy a salvo?
  • ¿Puede mi tostadora inteligente formar parte de una red de robots y atacarme?
  • ¿Si susurro mi contraseña mientras la escribo, pueden oírla los hackers?
  • ¿Me pueden hackear si cargo el teléfono durante una tormenta eléctrica?

Aunque de primeras pueden parecer preguntas con cierta gracia, lo cierto es que son un reflejo de una falta de educación digital que, en la práctica, deja la puerta abierta a amenazas reales.

El mayor riesgo: compartir datos personales sin notarlo

Más allá de lo anecdótico, el problema de fondo se presenta como algo mucho más serio. De acuerdo con NordVPN, los usuarios, en su intento de obtener ayuda, terminan compartiendo información confidencial, incluyendo:

  • Nombre completo, correo electrónico o número de teléfono
  • Ubicación exacta (ciudad, calle, GPS)
  • Enlaces a perfiles de redes sociales
  • Datos financieros como números de cuenta o capturas de pago
  • Nombres de usuario, contraseñas y códigos de autenticación

«Lo que empieza como una pregunta inocente puede terminar en un ataque de phishing, en el secuestro de una cuenta o en un fraude financiero. Y todo por no ser conscientes del tipo de información que estamos entregando», advierte Briedis.

Desde NordVPN recomiendan ser selectivos con los datos que se comparten, incluso al utilizar plataformas aparentemente seguras como ChatGPT. Para los más preocupados por su privacidad, OpenAI permite desactivar el uso de los datos para entrenamiento del modelo desde los «Controles de datos», así como desactivar el historial de conversación.

Un llamado a la educación y reflexión

En la era de la IA, la ciberseguridad no solo depende de tener buenas herramientas, sino de saber cómo usarlas. La popularidad de ChatGPT como fuente de ayuda para proteger la vida digital es un fenómeno positivo, pero solo si se acompaña de una conciencia clara sobre los riesgos que conlleva compartir información personal, incluso en entornos automatizados.

Proteger nuestra identidad digital comienza por saber qué compartimos y con quién. Porque, como bien recuerda el informe compartido por NordVPN, incluso una pregunta inocente puede abrir una puerta al cibercrimen.



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