La compañía energética vuelve al FIB como partner energético, apostando por una activación que mezcla sostenibilidad, entretenimiento y experiencia de marca en uno de los grandes eventos musicales del verano.
Para vivir un festival hace falta mucha energía, y Repsol ha decidido no quedarse entre bambalinas. En el camino hacia una transformación profunda de marca, la compañía está redefiniendo su papel en el ámbito de los patrocinios, alineando su presencia con espacios que combinan cultura, sostenibilidad y conexión emocional con el público. Este verano, lo ha demostrado con su ambiciosa activación en el FIB, el festival de música celebrado del 17 al 19 de julio en la ciudad castellonense de Benicàssim.
La participación en esta edición responde al objetivo de que el público perciba a la energética como “una marca cercana, que acompaña a las personas en los momentos que realmente importan”, tal y como ha contado a MarketingDirecto.com – MKD Natalia Villoria, directora de Publicidad, Patrocinio y Relaciones Públicas de Repsol.
«La música es un territorio transversal y emocional, con un poder único de conexión, especialmente entre las nuevas generaciones”, asegura la profesional, con la que hemos podido charlar de esta presencia de la marca en uno de los grandes festivales del verano.
El «Espacio Repsol con toda la energía»
La compañía energética ha suministrado 28.000 litros de combustible 100% renovable para alimentar todos los grupos electrógenos del recinto, evitando la emisión de 78 toneladas de CO2.
Pero, más allá del suministro energético, también cuentan con el «Espacio Repsol con toda la energía». Alimentado por energía solar, ofrece zonas de descanso, recarga de móviles, un túnel de viento con premios, café de autor con la colaboración de Guía Repsol y sesiones diarias de DJs en las «Energy Sessions». Todo diseñado para integrar la marca en la experiencia del público de forma orgánica y memorable.
«El diseño del Espacio Repsol responde a una idea central: queremos ser parte de la experiencia que disfruta el asistente», recalca Villoria. Ese era uno de los tres criterios fundamentales que siguieron a la hora de conceptualizar el espacio: que cada persona que pasase por el lugar se llevase algo más que un buen recuerdo, y que en ese oasis se pudiera recargar el cuerpo, la mente y las emociones.
La búsqueda de la emoción y la conexión
Los otros dos requisitos: integrar una solución 100% de origen sostenible y la autenticidad. «Ya no se trata solo de estar presentes en festivales, sino de pertenecer a ellos, de forma parte real de esa energía colectiva. Esta evolución comenzó el año pasado, y en esta edición hemos querido dar un paso más: no solo acompañar el ritmo del festival, sino aportar el nuestro propio», subraya la directora de Publicidad, Patrocinio y Relaciones Públicas de Repsol.

Lejos de una presencia meramente funcional, Repsol busca consolidar así una identidad de marca emocional y experiencial. «La música es un lenguaje universal y emocional que refleja todas las energías. Este entorno nos permite acercarnos a las personas desde una nueva perspectiva, respaldando nuestro compromiso con evidencias palpables, es decir, con hechos, no con palabras», señala Villoria.
Un ecosistema sostenible y experiencial
La activación en el FIB no es un caso aislado: forma parte de la estrategia global de Repsol para estar presente en más de 80 eventos culturales y musicales en España y Portugal durante 2025, tras un 2024 en el que la compañía ya suministró más de 320.000 litros de combustibles renovables, reduciendo cerca de 890 toneladas de emisiones de CO2.
Además del suministro energético y del espacio experiencial, Repsol implementa iniciativas de economía circular, como la recogida de aceite de cocina usado en los food trucks del festival, que será transformado en materia prima para futuros combustibles renovables.
«No basta con contar, hay que demostrar», explica Villoria. «Más allá del relato, en esta alianza aportamos soluciones reales: energía 100% renovable para cada una de las necesidades del festival».
Medición del impacto y aprendizajes
Desde el punto de vista del marketing, el proyecto se mide en múltiples niveles: desde los indicadores cuantitativos como impactos y alcance en medios, hasta el impacto emocional y cualitativo que genera la percepción de marca. «Ser percibidos como una marca que impulsa contenidos únicos, con sentido y con valor, nos permite conectar de forma auténtica y ser verdaderamente relevantes para la audiencia», concluye Villoria.































