Las raíces de quejas sociales Son cada vez más diversos y difíciles de luchar. El profesor de sociología estadounidense Matthew Desmond, ganador del Premio Pulitzer, explica en Pobreza, fabricada en los Estados Unidos (Capitán Swing) que «hay muchas formas de explotación. Si usted es por menos por pagar lo que producimos, sufrimos trabajo. Si pagamos más por lo que compramos, es uso del consumidor».

La radiografía del capitalismo estadounidense se aplica de muchas maneras a nuestro país. El deterioro en la forma de vida de los segmentos importantes de los empleados ya no solo depende de las condiciones de trabajo. Cuando el trabajador regresa a casa, tiene que enfrentar un nuevo frente de explotadores siempre poderosos. Son las compañías gigantescas que se remedian Los precios de su casade préstamos, suministro básico (luz, gas, electricidad, agua, telefonía), transporte o seguro. Es difícil determinar dónde es mayor el saqueo cuando está en los salarios o en los servicios que ha prestado por oligopolis reales.

Lo que caracteriza las relaciones de este segundo frente es la desigualdad exagerada entre los ciudadanos y las compañías cada vez más excesivas que marcan las reglas del juego. Prevenir este peligroso proceso de concentración comercial, ya que ahora está tratando de comprometerse con el sector bancario, debería tener una prioridad del gobierno.

Un indicador inquietante de la creciente influencia de los poderes económicos fue la acusación del Presidente del Tribunal Constitucional, Cándido, el Conde Pumpido, el mes pasado en el Madrid Athenaeum sobre la presión sobre la defensa de la Constitución. El magistrado se refirió a «fuerzas o flujos de opinión muy poderosos que representan un poder político, mediático, económico u otro». El pequeño viaje de una queja tan grave es sorprendente.

Las luchas sociales y el trabajo persistente de los sindicatos han hecho importantes progresos en los derechos laborales (salario mínimo o reducción de la jornada laboral). Progreso que continúa con la propuesta actual 37.5 horas a la semana. Lo que es mucho más difícil es la regulación de los mercados globales.

Ricardo Méndez, profesor honorario de geografía en la Universidad de Madrid de la complicidad, nos recuerda a nosotros Geografías laborales. Tendencias, contraste y desafíos de empleo (Humanidades tiranas), el mensaje de Karl Polanyi clarividente en La gran transformación. Crítica del liberalismo económico, (1944). El economista húngaro escribió: «La idea de un mercado que se regula a sí mismo es una idea puramente utópica. Una institución como esta no podría existir sin destruir la sustancia humana y la naturaleza de la sociedad sin destruir a las personas y transformar su ecosistema en un desierto».

Méndez se ha ganado ordenar las propuestas existentes en cuatro grupos para evitar los excesos destructivos del mercado: interrupción (cambios estructurales en el capitalismo global); Reformistas (retirados por la demanda del estado); Estrategias de negociación (sindicatos) y economías alternativas (economía social y solidaria, cooperativas y reciprocidad). No -in sugerencias compatibles y todo.



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