Antonio Pascual e Isamar Blanco repasan 20 años de creatividad y valentía en WATSON, consolidando su mejor momento y visión de futuro.

WATSON cumple 20 años y lo celebra en su “prime”: un momento de plenitud que refleja no la nostalgia del pasado, sino la fuerza de una agencia que sigue creyendo en las ideas, en las personas y en la emoción como motor de conexión entre marcas y público. Antonio Pascual, CEO, define este prime como una actitud: la de avanzar con ilusión y claridad de propósito, en un punto donde experiencia y energía se encuentran, consolidando una identidad creativa que ha marcado campañas icónicas como “Rojo Pasión” para Banco Santander o el lanzamiento de Yoigo en plena Gran Vía madrileña.

Para Isamar Blanco, Directora General, la esencia de WATSON radica en la cercanía y la confianza que genera con clientes y equipo. Esa cultura interna, basada en coherencia, compromiso y diversidad, ha permitido mantener relaciones profesionales de más de una década y un equipo estable que combina talento joven y veterano. En esta entrevista, Pascual y Blanco desgranan cómo la valentía, la creatividad con propósito y el equilibrio entre innovación y humanismo han definido la trayectoria de la agencia y cómo seguirán guiando su visión hacia los próximos 20 años.

Veinte años dan para mucho. Si tuvieras que resumir la esencia de WATSON en una frase tras estas dos décadas, ¿cuál sería y cómo crees que se refleja en ese “prime” del que habláis en la campaña?

(Antonio) Diría que WATSON es una agencia que sigue creyendo, y eso, en un momento en el que todo se pone en duda, ya es una forma de rebeldía. Creemos en las ideas, en las personas y en la emoción como el lenguaje más poderoso que tienen las marcas para conectar con la gente.

Por eso hablamos de nuestro prime. No porque vivamos de la nostalgia de los buenos tiempos, sino porque sentimos que nunca habíamos estado tan preparados para disfrutar de lo que hacemos, y de lo que viene.

Hemos aprendido que la madurez no tiene que ver con la edad, sino con la claridad de propósito. Y hoy tenemos más claro que nunca quiénes somos, para qué servimos y qué tipo de publicidad queremos seguir defendiendo.

Nuestro prime no es un punto de llegada, sino una actitud: la de seguir avanzando con ilusión, pero con consciencia. Con la certeza de que la curiosidad y la emoción siguen siendo el motor de todo lo que importa.

A lo largo de su historia, la agencia ha firmado campañas icónicas, como “Rojo Pasión” con Banco Santander y Ferrari, o el lanzamiento de Yoigo en plena Gran Vía madrileña. ¿Qué tienen en común los proyectos que mejor representan el ADN creativo de WATSON?

(Antonio) Si miro hacia atrás, lo que une a esas campañas es la valentía compartida. Detrás de cada idea relevante hay un cliente que confía y una agencia que se implica. Esa combinación, la confianza y la implicación, es el verdadero secreto de este oficio.

De Rojo Pasión a Yoigo, de la prevención del cáncer de colon a la carta del niño gitano al ministro de Educación, todas nacieron del mismo gesto: atreverse a hacer algo distinto, pero con sentido. Porque el riesgo solo merece la pena cuando responde a una convicción, no a una ocurrencia.

Esa forma de entender la valentía es la que nos llevó, hace unos días, a recibir el EFI de Bronce en Construcción de Marca por Las 3 Brujas. Un reconocimiento que no premia solo una campaña, sino una relación basada en la coherencia, en la constancia y en el respeto mutuo entre agencia y marca. La valentía no siempre es gritar más alto; a veces es saber mantener el rumbo cuando todos cambian de dirección.

También es la historia que compartimos con marcas como Santander Consumer o Las 3 Brujas, con las que llevamos más de una década caminando juntos.

La publicidad cambia, los formatos cambian, pero la confianza permanece. Y esa confianza es lo que convierte una relación profesional en una verdadera alianza.

El Estudio General de Agencias de SCOPEN os define como “una agencia creativa, cercana y familiar”. ¿Qué hay detrás de esa percepción y cómo se traduce en la relación diaria con los clientes?

(Isamar) Son nuestros clientes los que tienen esa percepción de nosotros. Y esto es importante, porque es la percepción del que trabaja contigo todos los días y, sin embargo, no solo se siente cómodo en la relación, sino que sigue percibiendo la llama de la creatividad a través de los años.

Quizá por eso, nuestros clientes no solo se declaran satisfechos, sino muy satisfechos, con un nivel de recomendación que dobla la media del mercado y que nos convierte en la 5ª agencia más recomendada de más de 60.

Para nosotros, crear ese entorno cercano es parte de una cultura que fomenta la confianza y el intercambio libre y genuino, tanto internamente como con nuestros clientes. Las ideas son más ricas cuando naturalidad y rigor estratégico conviven en un proyecto. Somos sólidos y luchadores, pero no creemos que eso esté reñido con la flexibilidad y la apertura a aportaciones fundamentadas.

En un mercado tan volátil, destacáis por tener una estabilidad de equipo y de clientes muy por encima de la media. ¿Cuál dirías que es la clave para mantener vínculos tan duraderos en una industria tan cambiante?

(Isamar) Haber cumplido 20 años como agencia creativa independiente no es algo frecuente. En 20 años han habido cambios muy relevantes, y se avecina una auténtica revolución, pero en Watson nos gusta optimizar los nuevos recursos sin perder el sentido común. Muchas veces, la decadencia viene de la falta de convicción y consistencia.

Esa visión estratégica nos ayuda a emanar estabilidad y confianza. Tanto para los clientes con los que trabajamos, como para el equipo de Watson. Eso, unido a nuestro nivel de compromiso con los proyectos, y a nuestra filosofía de equilibrio profesional/persona, nos ha llevado a una media de más de 5 años de relación con clientes, casi el doble que la media de independientes, y a una media de antigüedad de nuestro equipo de 9 años. Estos son datos insólitos para la industria. 

La clave está en la coherencia y en la confianza. En un entorno donde todo cambia a gran velocidad, nosotros hemos elegido construir sobre lo que permanece.

La agencia también ha liderado avances en igualdad y diversidad, con un comité directivo formado mayoritariamente por mujeres y una plantilla intergeneracional. ¿Cómo se traduce esa diversidad en la forma de crear y liderar proyectos?

(Antonio) En WATSON convivimos personas de generaciones, géneros y sensibilidades distintas. Y esa convivencia no solo nos define, sino que nos salva del pensamiento único. La creatividad no surge del consenso, sino del contraste: de ese diálogo entre miradas diferentes que se escuchan y se desafían.

Nuestro comité directivo tiene un 75% de mujeres y nuestra plantilla combina la energía de quien está empezando con la sabiduría de quien ya ha vivido muchas campañas

Ese equilibrio no se busca como cuota: sucede de manera natural, porque refleja cómo entendemos el liderazgo. No creemos en los títulos, creemos en las personas capaces de inspirar y de cuidar a los demás.

Esa misma diversidad explica algo que nos enorgullece: la estabilidad de nuestro equipo y de nuestros clientes. Tenemos relaciones que superan la década, algo muy poco frecuente en este mercado. Esto pasa cuando la cultura se construye sobre la coherencia, no sobre la urgencia. Cuando uno entiende que la confianza no se exige, se cultiva.

Muchas de vuestras campañas han tenido un fuerte componente social, desde la prevención del cáncer de colon hasta la inclusión del pueblo gitano en los libros de texto. ¿Qué papel juega hoy el compromiso social en la identidad de WATSON?

(Antonio) El compromiso social no es una categoría dentro de lo que hacemos: es una consecuencia natural de cómo pensamos. Creemos que la publicidad no puede estar al margen del mundo en el que vive, y que la comunicación tiene la capacidad, y la responsabilidad, de dejar un impacto más allá del producto.

Cuando ayudamos a la Asociación Española Contra el Cáncer o a la Fundación Secretariado Gitano, comprendimos algo esencial: que la publicidad puede ser útil sin renunciar a ser bella, y bella sin renunciar a ser útil. Ese equilibrio es, para mí, la forma más pura de eficacia.

La campaña de prevención del cáncer de colon con la Asociación Española Contra el Cáncer, con la que ganamos un EFI de Oro, es un ejemplo de ello: demuestra que la emoción, cuando nace de una causa auténtica, puede mover conciencias y cambiar comportamientos.

No creemos que la creatividad salve el mundo, pero sí que puede hacerlo un poco más habitable. Y si cada idea deja el mundo un poco menos feo de lo que lo encontró, entonces estamos haciendo bien nuestro trabajo.

Habláis de estar “en vuestro prime”. ¿Cómo se vive internamente ese momento? ¿Qué os hace sentir que WATSON está en su mejor versión ahora?

(Isamar) Tras todos estos años, nos sentimos con muchísimo entusiasmo, con esa sensación de llegar a un punto en el que todo encaja. Porque sentimos que hemos alcanzado el equilibrio entre la energía y la experiencia, entre el crecimiento y la conciencia de por qué hacemos lo que hacemos.

Acabamos de ganar un premio EFI a la Construcción de marca, nuestros clientes están satisfechos y nos recomendarían sin dudar, nos han colocado entre las mejores 15 agencias independientes en un ranking de 100… Todo el equipo se siente fuerte y reconocido.

En WATSON hay una energía que se nota: la de un equipo diverso, estable, intergeneracional, que sigue creyendo en las ideas y en las personas.

Ese es nuestro verdadero prime: no un punto de llegada, sino un estado de plenitud, el de saber que seguimos creciendo sin dejar de ser quienes somos.

Y mirando hacia el futuro, ¿cómo os imagináis los próximos 20 años de WATSON? ¿Qué nuevos territorios creativos o transformaciones queréis seguir liderando?

(Antonio) Nos emociona pensar que los próximos 20 años pueden ser todavía más apasionantes que los primeros. Vivimos un momento de enorme transformación, entre la fascinación tecnológica y el escepticismo generalizado.

La inteligencia artificial está cambiando las reglas del juego y, a la vez, haciéndonos la pregunta más humana posible: ¿qué es lo que de verdad nos hace únicos?

En ese contexto, creemos que el papel de una agencia como WATSON no se reduce, sino que se vuelve más necesario que nunca. Porque hay cosas que una máquina puede ejecutar, pero no comprender. Puede combinar datos, pero no interpretar silencios. Puede aprender patrones, pero no sentir propósito.

La IA será un gran aliado: nos ayudará a pensar más rápido, a optimizar procesos, a abrir nuevas rutas creativas. Pero seguirá habiendo territorios intransferibles: la intuición, la empatía, la estrategia de marca y la creatividad real, la que conecta con la gente desde lo emocional y lo significativo.

Por eso decimos que el futuro no nos asusta: nos inspira. Porque cuando la tecnología se une al sentido, la creatividad humana no desaparece, se amplifica.

Y ahí es donde queremos estar: en ese punto en el que las ideas siguen teniendo alma, aunque cambien las herramientas. En un tiempo en el que muchos dudan de todo, nosotros seguimos creyendo.

Creemos en las marcas con propósito, en las personas que piensan con sensibilidad, en la estrategia como brújula y en la emoción como lenguaje universal.



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