En el desarrollo de aplicaciones está el nuevo emprendimiento. Los smartphones y tablets llegaron para quedarse y ahora abren un abanico de aplicaciones como vía alterna para innovar en el ala tecnológica, que no solo ha cambiado los tradicionales modos de interactuar sino que propone nuevas fuentes de ampliar un mercado poco explorado en Latinoamérica. Todo esto según un informe presentado por Developer Economics 2012, que comprobó sus datos con cuestionarios y entrevistas a más de 1.500 desarrolladores de 83 países.
La información recopilada muestra que en Norteamérica se concentra el 41% de las descargas de aplicaciones móviles. Mientras que en Europa esta actividad de los cibernautas suma un 31% y en Asia 25%. Por lo tanto, lo que se espera es ampliar el área de este negocio a mercados potenciales como India, Brasil, China o Rusia.
La chispa para todo este circuito de negocios está en la iniciativa que se comenzó con Desafío Blackberry, Incubadora de Proyectos, Reto Blackberry y Proyecto Minerva, quienes se han preocupado por darle soporte a la parte móvil, ya que el desarrollo de aplicaciones para los computadores estándares no son parte de la lluvia de actualizaciones. Se vive el tiempo Post-PC.
Sin embargo, nada se sabría de las aplicaciones de no ser por las plataformas que les facilitan su crecimiento. La elección de una u otra dependerá de factores como: la infraestructura necesaria para que marche el proyecto, la curva de aprendizaje, capacidad de monetización y la fama de la propia plataforma en el mercado. A disposición se tiene Windows Phone, Android, IOS y un cuarto elemento que cumple la función de vinculante web móvil, el HTMLS. Mientras que el Blackberry pierde espacio y se debilita, sus desarrolladores se mantienen, pero con dudas a futuro.
Este nuevo mercado necesita explotarse. Una aplicación llegaría a generarle al desarrollador mensualmente beneficios que van de $1500 a $3900, considerando que un 35% de las aplicaciones logran beneficios netos mensuales entre $1 y $500. Emprenda
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